Desde la pasada temporada el Tottenham juega todos sus partidos en casa en el Wembley a la espera de que el Tottenham Hotspur Stadium vea la luz de forma definitiva. El recinto, que tendrá una capacidad para 62.062 espectadores, se esperaba para el comienzo de esta temporada, pero una serie de retrasos han fijado la fecha de apertura para 2019. Esta demora tiene mucho que ver con el informe que ha publicado el portal Construction News y del que se ha hecho echo Daily Mail.

En dicho escrito se desvela el increíble caos que existe a día de hoy en la construcción del nuevo estadio del Tottenham, una atmósfera en la que se respiraba alcohol, drogas, e incluso peleas entre los trabajadores: "En las obras había una atmósfera de mala comunicación e incluso de peleas entre los más de 4.000 trabajadores que aglutinó el proyecto", cuenta el informe.

Además, los miles de obreros encargados de la nueva casa del Tottenham tampoco salen muy bien parados, ya que se habla de consumo de drogas y alcohol durante sus horas de trabajo, según relata dicho portal.

"Lo que normalmente podía tardar una semana, se alargaba un mes. Hubo problemas con el aire acondicionado y con la instalación eléctrica. Faltaba el material adecuado y se daba continuamente fallos cómicos", continúa el informe.

Un presupuesto que se disparó

El nuevo estadio del Tottenham supondrá un coste de casi 900 millones de libras, una cifra muy superior a los 400 que se presupuestaron desde el inicio. Por tanto, no es de extrañar que el equipo de Daniel Levy no hiciera ningún movimiento durante el mercado de fichajes veraniego y que los 28 integrantes de la primera plantilla sean los mismos que disputaron la Premier League la pasada temporada.

Una estrategia de ahorro que no le ha ido muy bien en este comienzo de temporada a los Spurs, ya que de las cinco jornadas disputadas hasta la fecha el equipo de Pochettino se mantiene sexto en la tabla con tres victorias y dos derrotas.

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