El distrito de San Blas-Canillejas, al noreste de Madrid, rompió su quietud habitual el 16 de septiembre de 2017 cuando el Estadio Wanda Metropolitano abrió sus puertas por primera vez. Considerado desde entonces como uno de los mejores y más modernos de Europa, la nueva casa del Atlético de Madrid acogerá la próxima final de la Champions League.
Todo un broche de oro a un campo cinco estrellas que cuenta además con un Paseo de Leyendas, con el que el club homenajea a todos aquellos jugadores y exjugadores rojiblancos que han disputado un mínimo de 100 partidos con el club, un total de 153.
Allí, en forma de placa metálica pegada al suelo, se encuentran grandes iconos de la historia colchonera como Luis Aragonés, Paulo Futre, Fernando Torres o Diego Pablo Simeone. Pero, en un rincón que en teoría debería servir para sacar pecho y sacar al relucir el orgullo atlético, los aficionados colchoneros más radicales han encontrado un motivo en la previa de cada partido para descargar su odio sobre aquellos que en su día cambiaron de bando, dejaron a un lado la causa rojiblanca o, peor aún, se fueron al eterno rival.
Hugo Sánchez y Courtois, los más odiados
Hugo Sánchez fue el primero en sufrir la ira de los que no olvidan su marcha al Real Madrid en 1985, tras jugar durante cuatro temporadas en el Atleti. La placa del mexicano fue pisoteada, arañada y manchada con solo Dios sabe qué, a modo de venganza, y así sigue a día de hoy.
El último en unirse a la lista de los no deseados es nada menos que Thibaut Courtois, que cometió el mismo 'pecado' que Sánchez tras tres temporadas en el Atlético primero y cuatro en el Chelsea después, equipo al que pertenecía. Tras enfundarse la camiseta blanca, la placa del belga sufrió escupitajos, arañazos y todo tipo vejaciones, una respuesta ridícula por parte de los hinchas que el pasado miércoles en Champions fue a más, tanto que el nombre del guardameta casi ni se lee y su placa apenas se distingue del resto.
También otros exjugadores como Arda Turan o Sergio Agüero han visto penalizado su cambio de aires. El turco puso rumbo al Camp Nou en el año 2014 tras cuatro años en el Atleti, mientras que el Kun se marchó por la puerta de atrás tras ser un ídolo en el Calderón y pedir a gritos su marcha cinco años después de su llegada.
Los que aún visten de rojiblanco tampoco se libran
Este vandalismo por parte de un sector de la afición no solo va dirigido hacia los que no están, sino también a jugadores que a día de hoy siguen vistiendo la camiseta rojiblanca y que por diversos motivos también han sufrido la dilapidación sobre sus placas.
Es el caso de Jan Oblak o el propio Diego Pablo Simeone, cuyos nombres también están en el Paseo de Leyendas tras haber alcanzado la centena de partidos con el Atlético. Se desconoce el motivo por el que están tan deterioradas, ya que puede ser simplemente fruto del desgaste y del poco cuidado que ha mostrado el club rojiblanco con las placas de sus futbolistas históricos.
Ídolos, olvidados por el Atlético
Otras placas que también presentan un lamentable estado son las de Luis Aragonés y Fernando Torres, quizás los dos mayores iconos del Atlético en su historia. Pegatinas y chicles rodean los nombres de las dos leyendas y la suciedad impide disfrutar a simple vista de los datos. El abandono del Atlético a su Paseo de Leyendas es total. Una idea que ya fue criticada en su inicio por la propia afición rojiblanca, pero que posteriormente el club no ha sabido cuidar ni el homenaje a sus nombres más históricos.
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