A sus 37 años, muchos podrían pensar que a Zlatan Ibrahimovic le queda poco fútbol en sus botas. Sin embargo, el delantero sueco, actualmente en Los Angeles Galaxy, sigue maravillando allá por donde va. No en vano, en la liga estadounidense ha marcado 22 goles y repartido siete asistencias en 27 partidos.

Muy recordado es su paso por el PSG, donde, además de conseguir cuatro Ligues 1, dos Copas de Francia y tres Copas de la Liga, se convirtió en el máximo goleador de la historia del conjunto francés con 156 tantos en 180 partidos. En el club parisino es un ídolo, y por ello resulta lógico que quieran su vuelta.

"El PSG quiere que trabaje para el club. Si vuelvo a PSG es para ser el jefe. No puedo venir por nada más. La única forma de hacerme llegar será esa. No hay otras posiciones posibles para mí. Pero eso no será por ahora, que soy un jugador activo y todavía quiero jugar. Cuando elija lo que quiero hacer, informaré al mundo", explicó el sueco en una entrevista concedida al diario L'Equipe, revelando así su intención de ocupar los banquillos una vez se retire.

¿Un futuro en los banquillos?

"No sé lo qué voy a hacer. Sé que muchos clubes europeos están interesados, pero soy feliz aquí, amo mi vida y a mi familia también. Necesito un reto, una razón para seguir jugando. No quiero ir a un club solo porque soy Zlatan Ibrahimovic. Quiero llegar y marcar la diferencia. Eso es lo que siempre he hecho, en todas partes", continuó, dejando claro que aún no ha tomado una decisión en torno a su futuro.

Por otro lado, fue cuestionado acerca del posible desembarco del entrenador Arsène Wenger en el Milan, club que pasa por un mal momento y donde Ibrahimovic jugó entre 2010 y 2012. "No creo que quiera ir a Italia y enfrentar ese desafío. Milán no es un reto fácil", fue la respuesta del atacante.

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