El Barcelona llegaba al partido ante el Atlético de Madrid como el líder de La Liga a pesar de la última derrota ante el Betis en el Camp Nou. Valverde decidió revolucionar el once inicial cambiando el sistema de juego del 4-3-3 al 4-4-2. Dio entrada en el medio a Arturo Vidal. Por su parte, los de Simeone tenían en su mano dormir líderes si conseguían los tres puntos.
El partido empezó con claro dominio del Barcelona. Los de Valverde tenían claro cual era el plan: controlar el partido, tener la pelota e intentar llegar al área defendida por Oblak. El Atlético, a esperar y a salir a la contra.
Mucho respeto entre ambos equipos
Tanto rojiblancos como azulgranas eran conscientes de lo que había en juego: el liderato. De ganar el Barcelona, no solo iba a conseguir sacar más puntos al Atlético, sino que también al Real Madrid. Y de ganar los hombres de Simeone, superarían a los de Valverde y se colocarían como líderes, distanciando también más su ventaja sobre los de Solari.
Con todo esto, no hubo ninguna ocasión clara en la primera parte y tanto Oblak como Ter Stegen fueron meros espectadores. El Atlético esperaba en su campo ante la insistencia del Barcelona con la pelota. Los de Simeone lo tenían claro: esperar y salir a la contra con rapidez. Pero no lo consiguieron, ya que el Barcelona estaba bien plantado en su terreno de juego con el 4-4-2 y apenas concedía ocasiones, ni perdía balones.
Lesión de Sergi Roberto
Cuando el partido estaba a punto de llegarse al descanso, se produjo la mala noticia del partido. Sergi Roberto se lesionó y se tuvo que marchar del terreno de juego. Mala noticia para el canterano azulgrana que esta temporada no esta teniendo suerte con las lesiones. Entró por él Rafinha.
Mismo guión en el inicio de la segunda parte
El Atlético se sentía cómodo en el terreno de juego ante un Barcelona que intentaba dar un paso adelante. Y lo consiguió, poniendo más velocidad al partido, cosa que no hizo que apareciese Oblak, ya que los jugadores azulgranas no llegaban con claridad al área del esloveno. A pesar de ello, la ocasión más clara fue para los hombres de Simeone.
Arrancó Griezmann por la derecha y tiró un pase de la muerte desde la línea de fondo. No marcó Diego Costa de milagro. Primer aviso del Atlético de Madrid.
Posible penalti a favor del Atlético y Diego Costa acaba con su sequía
El Atlético no sufría bajo una gran defensa que hacía que el Barcelona no tuviese ocasiones claras. La primera jugada polémica llegó con un posible penalti a favor del Atlético.
Mano de Arturo Vidal en el área culé que el árbitro, previa consulta por el pinganillo al VAR, decretó que no había mano debido a que el balón toca antes en la cabeza del chileno.
El Metropolitano se calentó y se revolucionó y más aún cuando vio que Diego Costa acababa con una sequía en Liga que le duraba desde febrero. Su último gol fue ante el Sevilla y desde entonces no había vuelto a ver puerta.
Saque de esquina al segundo palo, donde apareció el hispano brasileño que, con un cabezazo, puso el primer gol del partido y al Atlético líder. Ter Stegen pudo hacer algo más ya que la tocó, pero no la detuvo.
Dembélé devolvió el liderato al Barcelona
Cuando el partido estaba llegando a su fin, apareció el francés, que había salido diez minutos antes, en escena para poner el empate. Recibió una prolongación de Messi en el área, recortó a Oblak y la mandó a la red.
El partido no tuvo más y el Barcelona conservó una jornada más el liderato.
Atlético de Madrid 1-1 FC Barcelona
Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Savic, Lucas, Filipe; Koke, Rodrigo, Saúl, Lemar (Vitolo, 63'); Griezmann y Diego Costa (Correa, 80').
Barcelona: Ter Stegen; Nelson Semedo, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Sergi Roberto (Rafinha, 46'), Busquets, Arthur (Dembelé, 80'), Vidal (Malcom, 8'); Messi y Luis Suárez.
Goles: 1-0, 78' Diego Costa; 1-1, 90' Dembélé.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Busquets (29'), Lucas (39'), Griezmann (48'), Rodrigo (86') y Filipe Luis (87') y a Rafinha (92').
Incidencias: Partido correspondiente a la Jornada 13 de La Liga disputado en el Estadio Wanda Metropolitano ante unos 67.000 espectadores.