El Valencia perdía en el Juventus Stadium y el Manchester United empataba ante el Young Boys, un punto que daba vida al conjunto español. Pero apareció Fellaini en el descuento para darle la victoria a los 'diablos rojos' y clasificar a su equipo para octavos de la Champions League. Y, con el tanto del belga, llegó la locura de José Mourinho.

No es la primera vez que lo hace ni será la última. Y es que últimamente el United se ha acostumbrado a ganar sobre la bocina, a remontadas inesperadas, y si hay algo que Mourinho domina como nadie es el show. Este miércoles, tras el 1-0 de los suyos que certificaba el pase a octavos, el de Setúbal se volvió loco y la tomó con los bidones de agua que reposaban en la banda. El portugués los cogió y los lanzó con violencia contra el suelo, bañando a los aficionados que se encontraban en las primeras filas de la grada.

La reacción, aunque excesiva, era toda una descarga de adrenalina. Y es que, pese a que el Manchester United seguía dependiendo de sí mismo para acceder a octavos, un empate ante el Young Boys supondría jugarse la clasificación en Mestalla, en la última jornada de la fase de grupos, ante un Valencia que buscaría hacer historia.

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