La historia de Baba Sule (Kumasi, Ghana) es de las que merecen ser llevada a la gran pantalla. Era una estrella en su país, se convirtió en campeón del mundo con tan solo 17 años, tras un torneo inmaculado, y las puertas de Europa se le abrieron de par en par. Baba tenía dos cartas sobre la mesa: Alemania o España. Pero ser uno de los primeros ghaneses que aterrizaban en el fútbol español le tentaba, así que dio el paso y firmó por el Mallorca, aunque su paso por la isla fue breve.
Después vino Ourense, donde brilló y se dio a conocer, y más tarde el interés del Real Madrid Castilla, equipo que solicitó sus servicios antes de cederlo al Leganés, pero Baba Sule ya soñaba a lo grande: "Yo siempre he tenido retos. Cuando llegué a España quería llegar lejos, llegar a Primera. Comencé a jugar en Segunda, pero ya pensaba en hacer todo lo posible para ir ganando y conseguir jugar en un equipo grande", cuenta Baba a EL ESPAÑOL.
Pero las lesiones no estuvieron del lado del ghanés, que tras militar en equipos como Lleida, Tomelloso o Rayo Majadahonda tuvo que colgar las botas de forma definitiva: "El médicos me dijeron que tal como tengo la rodilla no podía seguir jugando. Me rompí los ligamentos, volví a recaer, la rodilla no mejoraba, y cada vez que volvía tenía que parar a los 2 o 3 partidos. Me dijeron que era mejor dejarlo o me iba a afectar en el futuro", cuenta el africano.
Chófer de De Gea, electricista y utillero del Fuenlabrada
Su vida siguió ligada al fútbol en cierta manera y, casualidades de la vida, acabó trabajando como conductor de David de Gea, cuando el guardameta del Manchester United jugaba en las categorías inferiores del Atlético de Madrid: "Él estaba en el filial, era un joven muy tímido. Tengo relación con él, me llama cuando salen reportajes míos. Me llevo bien con él y casi toda su familia, chateamos y todo muy bien", asegura.
Una estrella relación con el portero español que también pudo influir en su pasión por el Atleti: "El equipo que me llamó la atención cuando llegué a España fue el Atleti. El año que ganó el doblete fui a ver un partido y la afición me llegó al corazón. Me gustaba como animaban. Además, el equipo que sigo en mi país (Asante Kotoko), lleva los mismos colores", argumenta Baba.
Después, tras el ascenso de De Gea a la primera plantilla, Baba tuvo que volver a buscarse la vida. Trabajó como electricista durante seis meses y casi dos años en El Corte Inglés. Fue entonces cuando el fútbol volvió a cruzarse en su camino: "Me llamó el director deportivo del Fuenlabrada y quería contar conmigo para ser utillero. Yo ya había pensado en volver al fútbol pero estaba pensando la manera de hacerlo. Ahora vuelvo a sentirme cerca".
Baba lo ve desde la barrera, aunque no descarta dar un paso más y meterse de lleno en los banquillos en un futuro cercano: "Me he sacado el nivel 1 y ahora estoy con el nivel 2, estoy estudiando y haciendo los cursos. Ojalá pueda sacarlo y llegar a ser entrenador", concluye.
[Más información: Así es la vida de un equipo de fútbol en un campo de refugiados de Palestina]
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