Los lamentables incidentes de los radicales en la vuelta de la final de la Copa Libertadores han traído uno de los partidos más pasionales de la historia a la capital de España. El Santiago Bernabéu será el escenario del duelo y se ha blindado en un tiempo récord, con un dispositivo de seguridad sin precedentes denominado 'operación CABA' (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
El superclásico argentino entre River Plate y Boca Juniors no es un partido de fútbol cualquiera, tanto es así que ni siquiera se puede comparar con un Madrid – Barça, según palabras de uno de los representantes de la peña de Boca Juniors en Madrid: "En Argentina le metemos 5-1 a River como pasó en el Clásico español y hablamos de eso todo el año, eso nos salva la temporada aunque no ganemos el campeonato", comentó Leonardo a EL ESPAÑOL hace unos días.
Un dispositivo de seguridad como ningún otro
Será una final histórica, la cuarta entre ambos equipos que se disputará lejos de Argentina. Un duelo que nadie quiere perderse y que se jugará a más de 10.000 kilómetros del Monumental de River. El partido comenzará varias horas antes de que River y Boca lleguen al estadio. A las 9 de la mañana del domingo, el Paseo de La Castellana, una de las principales arterias de la capital, quedará cortado y dividido en dos zonas_ norte para los seguidores de River Plate y sur para los de Boca Juniors. La fan zone de los millonarios estará ubicada en la Plaza de Cuzco, a unos 800 metros del Bernabéu. Mientras, los seguidores xeneizes vivirán la previa en Nuevos Ministerios, a una distancia similar del feudo blanco.
Aun así, el trecho entre ambas aficiones mantendrá en alerta a más 2.000 policías, entre los que se incluyen 1.500 antidisturbios (UIP) distribuidos en 30 unidades- a los que habrá que sumar equipos se seguridad llegados desde Buenos Aires- que velarán por la seguridad de los seguidores y vigilarán de cerca a dos aficiones cuyos precedentes no llaman a la cautela. Otros 2.000 efectivos formados por policía municipal, bomberos y efectivos sanitarios completaran el multitudinario despliegue de seguridad.
De cara a la previa del choque, el dispositivo en torno al Santiago Bernabéu contará con tres anillos de seguridad para evitar que los miles de aficionados desplazados a Madrid -entre 400 y 500 "especialmente violentos" según el delegado de Gobierno - produzcan cualquier tipo de altercado. En cada uno de los anillos se realizarán controles exhaustivos y cacheos desde las 9 de la mañana del domingo.
Además, las inmediaciones del estadio del Real Madrid estarán custodiadas por numerosos francotiradores apostados en edificios cercanos para evitar cualquier intento de ataque terrorista. Unidades de subsuelo, caballería y guías caninos también rondarán las inmediaciones del campo.
A la hora de entrar al estadio el despliegue será más riguroso si cabe, ya que las entradas para acceder al Santiago Bernabéu serán nominales y cada uno de los aficionados deberá presentar además una pulsera, sin ningún daño y sin señas de haber sido manipulada o intercambiada. Las entradas se podrán retirar en las taquillas de la Fan Zone correspondiente a cada equipo el domingo, desde las 9:00 hasta las 16:30 horas.
Tras el partido las fuerzas de seguridad seguirán alerta. Si River Plate se lleva la Copa Libertadores, la celebración de la afición millonaria tendrá lugar en la Puerta del Sol, que estará más que concurrida este fin de semana a causa del Puente de la Constitución en España. Si es Boca Juniors quien gana en el Bernabéu, el foco de los festejos estará en céntrica Plaza de Colón.
Los barras bravas deportados
Dentro de este amplio dispositivo la seguridad española no pierde la pista a los hinchas más radicales tanto de River como de Boca. La presencia de los barras bravas y de sus líderes suponen un auténtico peligro para Madrid, por eso la entrada de varios de ellos a España ha sido vetada en las últimas horas.
El primero que no logró salir del Aeropuerto de Barajas fue Maxi Mazzaro, uno de los seguidores de Boca Juniors que fue deportado este jueves y que ya se encuentra en Argentina. La misma 'suerte' ha corrido Christian Ghisletti, ex barra brava de River Plate que también ha sido detenido por los cuerpos de seguridad a su llegada a Madrid.
El que pudo, pero finalmente no estará es Rafael Di Zeo, líder de 'La 12', una de las barras de Boca Juniors más temidas y que finalmente no viajará a la capital. El histórico líder había conseguido el permiso para salir del país, a pesar de las dos causas que lo tienen como imputado: una de ellas por encubrimiento, otra por instigador de dos homicidios.
Su abogado explicó los motivos de la decisión de Di Zeo asegurando que "no viaja nadie de la primera línea de la barra de Boca. Él pidió permiso el lunes para salir del país pero después, durante la semana, teniendo en cuenta los hechos, no quiere estar en el foco de atención", sostuvo el letrado en Radio 10.
"Una fiesta del fútbol"
José Manuel Rodríguez Uribes, Delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, explicó este viernes en declaraciones a SER, que la Policía Nacional está trabajando "estrechamente" con la argentina para tener controlado a este grupo de personas y que hay un dispositivo de "seguridad máxima" en el aeropuerto de Madrid, en las carreteras, en las estaciones de Metro y las de autobuses.
Uribes destacó también la capacidad de la capital española para acoger un partido de estas características: "En fútbol todo es histórico y hoy no deja de serlo. Vamos a tratar de hacerlo lo mejor posible. Este país lo puede hacer y nuestra Policía es muy experta. También en el Santiago Bernabéu el Real Madrid lo sabe hacer", reconoció el delegado de Gobierno.
Un impacto millonario para Madrid
La imprevista celebración de la final de la Libertadores en Madrid no solo supondrá un revolución a nivel de seguridad, también económica. Y es que la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM) calcula un impacto de más de 42 millones de euros para la capital, entre los ingresos directos e indirectos por los desplazamientos de aficionados.
Se trata de un impacto "inesperado" para Madrid, y aunque esto dificulta hacer un cálculo exacto el profesor de la escuela de negocios EAE y director de MBP School of Coaches, Jaime Fortuño, recuerda que las finales de la Champions League, el equivalente europeo a la Libertadores y que también se celebrará en la capital esta temporada, han reportado entre 25 y 50 millones de euros a las ciudades organizadoras.
[Más información: Mazzaro, el ultra de Boca expulsado de Madrid: "Iba a pasar la Navidad"]
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