Apenas quedan unos días para que el 2018 llegue a su fin, un año que ha dejado muchas cosas positivas pero al que hay que ponerle también ciertos 'peros'. Uno de ellos, además de una importancia capital, es que se han seguido reproduciendo las mismas imágenes de violencia en campos de fútbol de toda España, lo que se recrudece teniendo en cuenta que en la mayoría de casos hay niños de por medio.
Los padres son habitualmente los causantes de esto, aunque los cuerpos técnicos también son los protagonistas negativos de estas historias en algunas ocasiones. Uno de los últimos casos de más relevancia sucedió en Murcia a finales del mes de noviembre, cuando durante un partido de categoría infantil, los padres de los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una brutal pelea que dio la vuelta a España.
Afortunadamente los responsables fueron duramente castigados y no podrán pisar un campo de fútbol en los dos próximos años, además de la correspondiente multa de 6.000 euros.
Amenazas de muerte por una tarjeta amarilla
Apenas unas semanas antes, lejos de allí, en Asturias, un árbitro tuvo que aguantar cómo el padre de un futbolista se encaraba con él y lo amenazaba de muerte. "Te voy a arrancar la cabeza", "eres un hijo de puta", "te voy a matar" o "estás para plantar lechuga" son algunas de las frases que recoge el acta arbitral.
¿El motivo de esas amenazas? Que el colegiado le había sacado una tarjeta amarilla a su hijo en un partido que perdieron por 0-2 contra un equipo de las categorías inferiores del Real Oviedo. El San Claudio, club de su hijo, le ha prohibido volver al campo y el árbitro declaró que "situaciones así, sobre todo, se dan por falta de educación".
Puñetazo al árbitro por la espalda
No hay que alejarse del propio mes de octubre para encontrar otro lamentable episodio, esta vez sucedido en Tenerife y en este caso en categoría juvenil, demostrando que la violencia en el fútbol base español es endémica, propia de todos los rincones de España y susceptible de suceder en cualquiera de sus categorías.
A pocos minutos de la conclusión del encuentro que estaban disputando en Arona entre el San Lorenzo B y el Unión Isora, el padre de uno de los jugadores saltó al césped desde la grada para agredir al entrenador del club visitante y en el tumulto formado, otro padre le dio al árbitro del partido un puñetazo por la espalda.
Gritos a un niño con la tibia rota
El nivel de depravación en algunos casos llega a tal punto que incluso los propios niños son el foco de las iras desde la grada. Este fue el caso de Álvaro José, un niño de 9 años que juega en los benjamines del Natación de Almería. En el partido que su equipo jugó contra el CD Vera recibió un duro golpe por el que se quedó dolorido en el suelo.
Para los niños en el campo fue una jugada más, una entrada de un rival sin ningún tipo de maldad que iba a ser un lanzamiento de falta, con la mala fortuna de que como consecuencia de la acción Álvaro José se rompió la tibia y el peroné. Desde las gradas, los padres del equipo rival se dedicaron a increpar al pobre niño, al que acusaban de estar fingiendo.
Entre las sombras también hay luces
Pero no todo ha sido negativo, a lo largo de este año se han podido ver casos de todo lo contrario, comportamientos positivos que ayudan a concienciar de cuál debe ser el comportamiento. Una fotografía de Leo Messi y Luis Suárez relajados y entre risas mientras ven a sus hijos jugar un partido de alevines corrió como la pólvora por Internet como un buen ejemplo.
Existen más casos, como el del Bertamiráns FC en La Coruña, que colgó un cartel en su campo que reza: "Atención: En este campo los protagonistas son los chavales. Los demás aplaudimos, animamos... Si se pone muy nervioso/a, al lado de la cafetería hay una puerta (puede ir a contar los árboles que hay enfrente). Gracias por ayudar a que los chavales lo pasen bien".
Todos estos casos sucedieron en 2018, con el agravante de que todos son de la temporada 2018/2019, es decir, son posteriores al mes de septiembre. Por eso uno de los objetivos de cara al próximo año que va a comenzar, el 2019, ha de ser eliminar de una vez por todas y de forma tajante este comportamiento de los campos de fútbol.
Además de no beneficiar a nadie, estas situaciones dañan gravemente la imagen del fútbol y son un ejemplo de comportamiento que luego hará que alguno de los niños que lo ven, lo repitan y perpetúen en un futuro. Estos retratos deberían aparecerse en las cabezas de algunos padres como si del cuento Pesadilla antes de Navidad se tratase, para que el 2019 suponga una transformación a mejor de todo el deporte base en España.
[Más información: El ejemplar mensaje de un club a los padres: "Si se pone nervioso, puede ir a contar árboles"].