Una de las rivalidades más conocidas en el mundo del fútbol es la que protagonizan el Celtic y el Glasgow Rangers -ahora Rangers FC desde su refundación-. Este derbi, denominado Old Firm -la vieja empresa-, es uno de los más antiguos que se conocen y tuvo su primer episodio en 1888, un 28 de mayo en un encuentro que venció el Celtic por 5-2 y ahí comenzó la historia de un choque no solo futbolístico, sino que va más allá.
Las diferencias entre ambos equipos no están solo en el balón, también en el pensamiento, enfrenta a católicos y protestantes, irlandeses contra unionistas, ricos contra pobres.
En primer lugar, el Celtic fue fundado en 1887 con el objetivo de poder ayudar a un comedor para los irlandeses llegados como inmigrantes católicos a Escocia, por lo que es un equipo de irlandeses, católicos y de izquierdas. Prueba de ello es que su escudo es un trébol de cuatro hojas, igual que Irlanda.
Enfrente se encuentra el Rangers FC, la refundación del Glasgow Rangers, que desapareció el 14 de junio de 2012 debido a una deuda de unos 25 millones de euros, por lo que debió regresar a la competición en la Tercera División escocesa. Este equipo representa al protestantismo y a los partidarios del imperio británico, todo lo contrario que sus eternos rivales.
El pasado 29 de diciembre se disputó el último partido entre ambos hasta la fecha. Dos míticos entrenadores estaban en los banquillos, Brendan Rodgers en el de los católicos y el exjugador del Liverpool, Stever Gerrard en el de los protestantes. Los segundos fueron los que se llevaron el gato al agua por 1-0 y consiguieron su primera victoria en el derbi después de su refundación.
El desastre de Ibrox
Si se habla de esta rivalidad hay un día que está marcado a fuego en los corazones de los hinchas y de cualquier persona que tenga algún sentimiento de pertenencia con alguno de los dos equipos, es el 2 de enero de 1971. En lo que parecía que iba a ser un derbi más que iba a acabar en empate, en los últimos minutos todo dio un vuelco y nada volvió a ser lo mismo.
En el Ibrox Stadium, hogar de los protestantes, se disputaba el clásico Old Firm y todo marchaba como comenzó hasta que en el minuto 89 Jimmy Johnstone marcó para Celtic. Muchos aficionados de los locales ya se marchaban del estadio cuando Colin Stein anotó el tanto del empate en el tiempo de descuento, lo que provocó el delirio de la afición.
En medio de la confusión de los que se iban y la celebración del tanto, en la escalera 13 tuvo lugar una avalancha que dejó 66 muertos, la mayoría por asfixia y entre los que estaban muchos niños, y también más de 200 heridos en el que es un capítulo negro en la historia del fútbol escocés.
Remodelación del estadio
El desastre de 1971 provocó que se hiciese una gran remodelación de Ibrox, algo que era más que necesario después de lo ocurrido. En el Rangers se quisieron inspirar en uno de los mejores estadios de Europa, el Westfalenstadion del Borussia Dortmund.
Lo convirtieron en un campo con una capacidad para 50.000 personas y la UEFA les dio el máximo estatus, con 5 estrellas. Sin embargo, con una remodelación no era suficiente, ya que mucho pedían algún tipo de homenaje a todos los fallecidos en aquella trágica jornada de fútbol.
El monumento vio la luz en 2001 y tiene lugar en la esquina entre de la Tribuna Bill Struth principal y la Tribuna Carretera Copland. En dicho punto se encuentran las placas de todos los fallecidos no solo en 1972, también en años anteriores. El colofón al homenaje lo pone una estatua del capitán del Rangers en 1971, John Greig.
En 2011, con motivo del 40 aniversario de la catástrofe, para rendir homenaje a las víctimas, antes del encuentro entre ambos equipos se guardó un minuto de silencio, y estuvieron presentes los capitanes de cada equipo en el encuentro disputado en 1971, John Greig y Billy McNeill.
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