El pasado 21 de enero se revelaba que el avión en el que viajaba Emiliano Sala había desaparecido durante el trayecto de Nantes a Cardiff. Horas después de despedirse de los que eran sus compañeros, el futbolista argentino se subió al avión pilotado por Dave Ibboston. En el vuelo también debería haber ido un segundo piloto, Dave Henderson, quien, finalmente, no embarcó en la aeronave.
Durante las primeras horas tras conocerse la noticia se hizo público un audio del propio Emiliano, en el que aseguraba sentir miedo. "Hermanos, estoy muerto. Estuve aquí en Nantes haciendo cosas y más cosas, y no termina nunca. Estoy en el avión y parece que se va a caer en pedazos. Estoy yendo para Cardiff, que mañana por la tarde arrancamos a entrenar en el nuevo equipo, a ver qué pasa. ¿Cómo andan ustedes hermanitos, todo bien? Si en una hora y media no tienen novedades mías, no sé si van a mandar a alguien a buscarme porque no me van a encontrar, pero ya saben... Papá qué miedo tengo", afirmaba entonces Sala.
La incertidumbre se cernía sobre el caso y desde la familia se mantenía la esperanza de encontrarle con vida. El mundo del fútbol arropaba al entorno del jugador, pese a que con el paso de los días parecía más complicado hallar aún vivo a Emiliano Sala. Futbolistas como Mbappé o Rabiot comenzaron a hacer donaciones, hasta 300.000 euros ha recaudado la familia, para continuar con la búsqueda privada del avión, después de haberse suspendido la oficial de las autoridades. Tras muchas jornadas intensas, noticias, confesiones y muchas incógnitas por resolverse, este domingo se hallaban los restos del avión en el fondo del Canal de la Mancha.
Esta búsqueda privada dio inicio este mismo domingo 3 de febrero. Horas después de comenzar la operación, se hallaban los restos del avión en el que viajaban el argentino y el piloto Dave Ibboston -quien carecía de licencia para este tipo de trayectos al ser piloto de vuelos comerciales, no de trayectos privados-. La señal de la aeronave se perdió en la isla de Guernsey, fue en ese punto donde se dio inicio a la búsqueda submarina y donde, finalmente, se han encontrado los restos del avión.
Localizado a 63 metros de profundidad
David Mearns, científico marino encargado del caso, ha revelado en la BBC que localizaron "los restos del avión en el fondo del mar, a una profundidad de 63 metros, muy poco después de empezar a buscar" -a 40 kilómetros de la isla de Guernsey-. Una vez que lo vimos, llamamos al buque más grande, el GEO Ocean III, que es el que ha sido contratado por la AAIB -organismo estatal a cargo de la investigación-. Ellos sumergieron un vehículo a control remoto con cámaras y luces. Así confirmamos que era el avión. Ellos pudieron ver el número de registro", ha desvelado sobre los primeros detalles del hallazgo.
Lo que más sorprendió al especialista fue encontrar la mayor parte del avión ahí -está rota, pero un gran porcentaje de la nave se encuentra en ese lugar localizada-, ya que esperaban "encontrar solo escombros". Mearns ha señalado que el objetivo es desvelar las causas del accidente, mientras que la familia de Sala les ha pedido "desesperadamente" que la aeronave "sea recuperada".
En las primeras imágenes de los restos se ha apreciado que dentro se encuentra uno de los cuerpos. La propia AAIB era la encargada de anunciarlo mediante un comunicado: "Trágicamente, en las imágenes de vídeo del ROV, un ocupante ha sido avistado en medio de los restos. La AAIB ahora está considerando los próximos pasos a dar, en consenso con las familias del piloto y el pasajero, y la policía". El propio David Mearns consideraba que era "una posibilidad" encontrar los cuerpos de Sala e Ibboston dentro del avión.
Las tareas de recuperación no serán sencillas. Mearns ha comentado que "están evaluando" como recuperar la nave. "Si pueden manejar las condiciones, seguramente tendremos más información sobre cómo intentarán las tareas de recuperación", ha afirmado.
Un rescate para esclarecer los hechos
La operación para recuperar los restos se podría demorar entre una y cuatro semanas según los especialistas. Estas partes del avión esclarecerían lo que ocurrió realmente aquel trágico 21 de enero. El gran problema es que no hay caja negra, por lo que la investigación podría demorarse entre un año y un año y medio al tener que llevarse una reconstrucción con lo que queda. Los pilotos Carlos Rinzelli y Ezequiel Sicardi revelaron algunas claves de los hechos, en declaraciones para TN.com.ar.
Sicardi, consultor aeronáutico, dijo que "los hierros hablan". "Siempre un pedazo de hierro va a dar una indicación de qué fue lo que pasó. Encontrar los restos es primordial y casi lo único importante para saber qué fue lo que pasó", comentó antes del hallazgo del avión. Asimismo, el no disponer de caja negra -registros y grabaciones- supone que los restos encontrados "proveerán muchas evidencias". "Si se encuentra el motor se podrá saber si el avión cayó con este encendido o no. Además, del modo en el que aparezcan los pedazos de hierro dirán cómo fue el impacto con el agua", afirmó.
"Si los pedazos están retorcidos o con su forma original modificada, dará una evidencia de que el impacto con el agua fue descontrolado. Muchos nos inclinamos por esa conjetura, que fue descontrolado", comentó Ezequiel Sicardi. Mientras que Rinzelli sigue la misma línea: "Todo el fuselaje tiene un ADN. Cualquier elemento que encuentren del avión, para llevarlo a la superficie y poder entrar en el etapa de investigación, permite determinar qué es lo que pasó exactamente".
Las condiciones meteorológicas van a facilitar y complicar el rescate de los restos. El Canal de la Mancha es muy estrecho y tiene 170 metros de profundidad. El avión se encuentra a 63, aunque las fuertes corrientes pueden acabar arrastrando algunas de las partes de la aeronave, en especial las piezas más pequeñas. Después de la extracción de los restos se procederá al estudio e investigación de cómo ocurrió todo.
El proceso de investigación puede ir de un año a un año y medio. El aspecto legal juega también aquí una parte de peso. La fábrica de la nave, Piper, querrá dilucidar qué ocurrió por el seguro y también para esclarecer si el accidente se produjo por un fallo del avión, mecánico, o por una mala maniobra del piloto Dave Ibboston. También deberán actuar como parte del suceso tanto la Junta de Aviación de Francia como la de Reino Unido.
Emiliano Sala era contrario a viajar por la noche, una condición que pudo haber sido determinante a tenor de lo comentado por el comandante Carlos Rinzelli: "Lamentablemente pusieron a volar a un avión inadecuado, con un piloto que no estaba habilitado, que no tuvo en cuenta la meteorología en la zona, que desarrolló una trayectoria lineal y no curva, cuando la diferencia le hubiese permitido navegar sobre territorio, y que salió de noche cuando debería haberlo hecho de día".
El hielo también pudo ser el gran enemigo de la aeronave en la que viajó el argentino Sala. "Los aviones tienen un gran enemigo, que se llama hielo. Las condiciones meteorológicas de este despegue justamente indicaban congelamiento en las nube. Este avión, en la punta de las alas, tiene unas botas que se inflan con una bomba eléctrica, que desprenden el hielo que se forma en el ala. La poca información que tenemos es que el piloto pidió descender, es decir, da la pauta que lo solicitó porque tenía hielo en las alas. Y cuanto más desciendes, más aumenta la temperatura ambiente", afirmó por su parte Sicardi.
"Las condiciones del viaje fueron obligadas"
El padre del futbolista, Horacio Sala, ha sido uno de los primeros en hablar después de encontrarse los restos del avión. Este se ha mostrado desconsolado y sin esperanza. "No tengo la esperanza de que Emiliano esté con vida. Sería un milagro. Se terminó la ilusión", ha comentado Horacio en diferentes medios. Un amigo de Sala ha hablado también sobre las responsabilidades, así como sobre lo que pensaba el jugador del viaje.
En declaraciones para América TV, Maxi Duarte ha señalado directamente al representante de Emiliano. "Para serte honesto, le echan la culpa a un presidente, le echan la culpa a un representante, que si el piloto no sé qué, que si era de noche, que si hacía frío… pero solo hay una gran verdad detrás de esto, el responsable es el representante, pero vamos a esperar a que pase un poco el tiempo. Emiliano nunca decidió subirse a la avioneta, fue una obligación que tenía como jugador profesional", ha revelado Duarte.
El representante del argentino es Meissa N'Diaye. El agente francés iba a recibir una importante suma del traspaso pactado entre el Nantes y el Cardiff. Pero desde diferentes sectores se ha apuntado que siempre veló por los intereses de Sala, ya que este tuvo una oferta económica más importante de China, pero fue rechazada para poder seguir jugando en Europa. N'Diaye no fue quien contrató y organizó el vuelo, sino que fue Mark McKay, hijo del también agente y empresario británico Willie McKay.
Willie Mckay fue quien medió en el fichaje para llevar a Emiliano al club galés. Según los papeles que han visto la luz, fue su hijo el encargado de contratar el avión pues es él quien dispone de la autorización UEFA para estos asuntos. Pero es Willie el que se iba a embolsar un diez por ciento del traspaso -alrededor de dos millones-.
Maxi Duarte, por su parte, ha señalado que nadie obligó a Emiliano a subirse al avión, pero sí que fueron obligatorias las condiciones, ya que él no quería viajar de noche. "Claro que no, por su puesto. Yo también he sido profesional y lo aconsejable es acostarte, levantarte temprano, desayunar como corresponde y llegar bien descansado. Pero viajar de noche, en esas condiciones en las que Emiliano viajó, fueron totalmente obligadas", ha asegurado el amigo del futbolista.
Además, Duarte ha revelado sobre qué trataron algunas de sus conversaciones con Sala, en las que este le comentaba que no quería viajar así: "Por su puesto, siempre mensajes entre amigos 'chicos tengo que volver, no puedo descansar, no puedo parar'. Estaba totalmente claro en el mensaje de audio cuando él dice 'no paré en todo el día'. En unos mensajes anteriores que yo tenía con él me decía que él quería quedarse a dormir… él no quería viajar sinceramente, hay un responsable pero no quiero hablar más de lo normal porque tenemos un acuerdo entre nosotros los amigos y por lo menos hasta que aparezca todo y que la información sea un poco más clara. Entonces no tengo problema en pasar información".
Así, comienza la cuenta atrás para rescatar los restos, una vez la esperanza de encontrar con vida a Emiliano Sala y Dave Ibboston se han esfumado. 63 metros de profundidad, una mezcla de responsabilidades y sin caja negra para dilucidar cómo ocurrió todo, deja a la operación para extraer las piezas de la aeronave como principal rayo de luz para conocer el porqué tuvo lugar este trágico accidente que ha conmocionado al mundo entero.
[Más información: Encuentran el avión de Emiliano Sala en el fondo del Canal de la Mancha]
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