Hakeem Al-Araibi está viviendo un auténtico calvario. El futbolista bahreiní de 25 años obtuvo asilo como refugiado en Australia tras huir de su país hace cinco años. Actualmente se encuentra en Tailandia, donde fue detenido el pasado 27 de noviembre mientras celebraba la luna de miel junto a su mujer.
Ahora corre el riesgo de ser extraditado de vuelta a Bahréin, donde es acusado de terrorismo debido a que participó en las protestas por la Primavera Árabe, causando destrozos en una comisaría de policía.
La justicia de Bahréin le condeno a diez años en 2012 y, según denuncia, fue torturado en comisaría. El jugador fue crítico con el presidente de la Confederación Asiática de Fútbol y miembro de la familia real bahreiní, Sheikh Salman Bin Ebrahim Al Khalifa, que también es vicepresidente de la Comisión Disciplinaria FIFA. Al-Araibi criticó su presunta participación en la represión a atletas disidentes durante la Primavera Árabe.
Tras salir en libertad bajo fianza, viajó con su selección a Catar, desde donde huyó hasta llegar en 2014 a Australia, que le reconoció el estatuo de refugiado tres años después.
En el país oceánico reside, trabaja y juega desde entonces y ha sido reconocido oficialmente como refugiado. No obstante, el pasado noviembre fue detenido en Tailandia y teme por su vida, ya que puede ser extraditado a su país de origen.
La llegada a Bangkok
Hakeem, jugador del Pascole Vale, un club semiprofesional de Melbourne, llegó el 27 de noviembre a Bangkok para disfrutar de su luna de miel. A pesar de que contaba con la seguridad de las autoridades australianas de que estaría a salvo, fue detenido en el aeropuerto.
Ahora se encuentra en prisión inmerso en una disputa diplomática que involucra a tres países, lo que podría obligarle a volver a Bahréin. Los funcionarios australianos trabajan por su liberación, pero el futbolista lleva ya dos meses retenido -y lo estará al menos hasta el 22 de abril- y teme ser perseguido si se ejecuta la solicitud de extradición.
Al ser detenido, la imagen del futbolista caminando con los tobillos atenazados por sendos grilletes a su llegada al juzgado de Bangkok se hizo viral. Una práctica habitual aunque polémica en el país asiático.
"Los guardas dictaminaron que el recluso presentaba riesgo de fuga. El señor Hakeem es un exfutbolista y es sospechoso en un caso con dimensiones internacionales", argumentó 'Matichon' Krit Krasaetip, director de la prisión de Detención Preventiva de Bangkok en la que Al Araibi está detenido.
"El uso de grilletes está considerado una violación del Artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos," dijo Sunai Phasuk, investigador de Human Rights Watch (HRW) en Tailandia.
El pasado 1 de febrero, la fiscalía tailandesa presentó ante un tribunal de Bangkok la demanda de extradición solicitada días antes por Bahréin. Al Araibi, tras comparecer con uniforme de recluso, descalzo y con grilletes, gritó: "¡No me enviéis a Bahréin!". El tribunal alargó la prisión provisional hasta el 22 de abril, fecha donde se celebrará la próxima vista del caso.
La campaña #SaveHakeem
Varios organismos y futbolistas han mostrado su total apoyo a Hakeem Al-Araibi. Su caso ha dado la vuelta al mundo e incluso se ha creado la campaña #SaveHakeempara.
La FIFA ha solicitado a las autoridades de Tailandia, Australia y Bahréin que tomen las medidas necesarias para garantizar el regreso del futbolista a Australia de manera segura para que pueda continuar con su carrera deportiva.
Craig Foster, excapitán de la selección australiana y uno de los principales activistas de la campaña, reconoció en una entrevista a SBS tras visitar a Hakeem que el jugador está "perdiendo la esperanza", pero encontró fuerza al saber de los apoyos que está recibiendo en su país adoptivo.
Tanto Foster como el sindicato de futbolistas profesionales, FIFPro, han sugerido que la FIFA debería amenazar con sanciones deportivas a Bahréin y Tailandia. "Todos acordamos que se ha convertido en una situación de emergencia que requiere más implicación de todas las partes interesadas", expresó Foster tras una reunión que tuvo con la FIFA.
Otro de sus apoyos ha llegado del conocido comentarista de eSports Nate Patrick, quien aprovechó el encuentro de sus padres con Paul Pogba y Nemanja Matic para dar visibilidad a la situación del futbolista.
Ahora, a falta de saber que ocurrirá con Hakeem Al-Araibi, tendrá que estar, si nada cambia, en tierras tailandesas detenido hasta el 22 de abril.
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