El piloto que transportó a Emiliano Sala sufrió una desorientación espacial

El caso de Emiliano Sala sigue dando respuestas a los trágicos hechos. Tras conocer nuevas imágenes que mostraban partes del avión donde viajaba el jugador argentino, esta vez las autoridades británicas han explicado cómo influyó la meteorología en el fatídico accidente. Los especialistas han afirmado que se produjo la 'espiral del cementerio', que viene a significar que el piloto no estaba lo suficientemente capacitado para volar bajo condiciones meteorológicas desfavorables. 

Parte del avión de Emiliano Sala

Este problema se produce comúnmente en una noche oscura, con mala meteorología, cuando el horizonte no existe y el piloto no se puede orientar visualmente. La falta de horizonte genera ilusiones sensoriales que se conocen técnicamente como "desorientación espacial". Este síntoma ataca a componentes biológicos y físicos, produciendo que el piloto suba y baje sin que se entere de ello. 

Los oídos, el sistema vestibular y los ojos ayudan a conseguir un equilibrio ya que, los canales semicirculares, detectan cambios de aceleración angular, y los órganos otolitos, detectan los cambios en la aceleración lineal y la gravedad. La desorientación espacial provocó que si el avión giraba hacia la izquierda, el piloto por más de 20 segundos experimentaba la sensación de que la maquina estaba girando hacia la derecha. 

Un piloto sin preparación

Tal y como confirma la Air Accidents International Brands (AAIB), Dave Ibbotson seguía el plan de vuelo con un software en una tableta, con un sistema para amateurs y con una licencia privada no comercial. Su falta de experiencia le hizo caer en el síntoma de la desorientación espacial, provocando la caída del avión. 

Infografía de la AAIB de la señal del avión de Emiliano Sala

El informe señaló que las condiciones meteorológicas del día del accidente fueron desfavorables y se detectó una gran corriente de aire que solamente permitía la visibilidad a 10 kilómetros por y que la nube estaba situada a 1.000 pies de altura. Además apunta a que en torno a las 20:20 horas comenzó a llover, lo que complicó aún más el vuelo.

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