El Sporting de Gijón no atraviesa por su mejor momento. La situación del equipo en la clasificación está muy lejos del objetivo que se tenía a principios de temporada. La posibilidad del ascenso es prácticamente imposible y el equipo está más cerca de los puestos de descenso que de los que dan acceso al playoff.
Todo esto ha llevado a un significativo alejamiento con su propia afición, gradas que no se llenan, pitadas, insultos y ahora pintadas en la ciudad deportiva. La afición no puede más y así se lo ha hecho saber al equipo, en la mañana del sábado la Escuela de Fútbol de Mareo amanecía con graves pintadas y acusaciones en sus muros.
Nadie del club se salvaba de los ataques, "directiva dimisión" o "Fernández vete ya" en alusión al presidente del equipo Javier Fernández. Miguel Torrecilla, director deportivo del Sporting era uno de los focos principales de ataque, "Torrecilla hijo de puta" podía leerse en Mareo. La plantilla del club tampoco se salvaba de la criba de la afición con un contundente mensaje "Jugadores mercenarios".
Rápidamente el club ha llamado a los servicios de medio ambiente de Gijón para que limpiasen los muros de la ciudad deportiva. A pesar de esto los jugadores han ido llegando al entrenamiento y han visto las palabras que le ha dedicado su propia gente.
Una situación insostenible
El divorcio entre afición y club es total, y a pesar de que aún tienen 10 puntos de colchón sobre los puestos de descenso, el equipo no puede confiarse de cara a la fase final de la temporada.
El Sporting marcha decimotercero en la clasificación y este próximo domingo visita Soria, para medirse a un Numancia que ocupa la posición inmediatamente superior a la del club asturiano. El equipo necesita de una victoria para calmar la situación y no empezar a mirar por el retrovisor al descenso.
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