El nuevo anteproyecto de la Ley del Deporte está siendo una incertidumbre. José Guirao hace algunas semanas anunció que una nueva legislación estaba cerca, algo que se pedía a gritos ya que como Bernardo Bonet, experto en Derecho deportivo de Bonet Abogados, explica a EL ESPAÑOL, es algo que el Parlamento pide desde el año 2010.
Las leyes se adaptan a los tiempos y es algo que pedía el deporte, ya que desde 1990 no se hacía. Este nuevo anuncio ha causado mucha controversia porque desde que se anunció han sido muchos los que han querido opinar sobre ello y que no se apruebe, prueba de ello son Javier Tebas y Luis Rubiales.
La actual ley que existe obliga por el artículo 19 que los clubes que asciendan al fútbol profesional se deben convertir a Sociedad Anónima Deportiva -SAD-, algo que en el nuevo anteproyecto cambia. En el artículo 74, se establece que los equipos tendrán libertad para poder elegir su forma jurídica.
Las conversiones han sido un quebradero de cabeza para muchos clubes que cumplían su sueño de estar en el fútbol profesional, lo demuestran casos muy conocidos como el del Guadalajara que tuvo que ser descendido administrativamente por irregularidades en su conversión.
Un anteproyecto fallido
El experto explica a EL ESPAÑOL las claves sobre la nueva ley: "La incertidumbre política actual nos lleva a pensar que este nuevo anteproyecto de ley va a quedar guardado en un cajón. Se van sucediendo los anteproyectos fallidos y parece que este no va a ser la excepción".
La inestabilidad política del país hace que este anteproyecto pueda ser un parche y las elecciones del próximo 28 de abril hacen que esto no tenga demasiadas posibilidades de salir a flote.
En octubre de 1990 se impuso la norma de que los clubes debían convertirse a Sociedad Anónima Deportiva para ejercer un mayor control en la economía de los equipos. Muchos critican esta norma, ya que en 1992 la deuda de los equipos era de poco más de 170 millones de euros, y en la actualidad supera los 5.000 millones, algo que deja en evidencia esta ley.
Es necesaria una nueva ley
"Parece innegable que resulta necesaria una nueva Ley del Deporte. Es necesario adaptar la Ley a los cambios sociales, económicos y deportivos que se han producido desde 1990. Desde el 2010 existe un mandato del Parlamento para que el gobierno redacte una nueva ley del deporte y seguimos en la misma situación", afirmó Bernardo Bonet.
El cambio debe ser importante porque desde hace casi 30 años se está bajo la misma legislación, pero en este caso es precipitado, ya que "parece que no se ha tenido en excesiva consideración la opinión de la gran mayoría de agentes implicados".
En este caso se demuestra en: "El paso de modelo riguroso y rigorista a modelo casi "anárquico" parece ampararse en la necesidad de realizar ajustes obligados por Bruselas, si bien en nuestra opinión el modelo anterior podría haber seguido perfectamente con pequeños ajustes. No creemos oportuno un modelo casi infinito de tipologías asociativas -recuérdese que cada CCAA cuenta con su Ley del Deporte- cuando la legislación permite que el deporte cuente con tipologías específicas, como por ejemplo las SADS, las cuales además parece que estaban empezando a funcionar con la gestión de los derechos de televisión y otros activos", reveló el experto.
En este momento existe un modelo mixto muy regulado, ya que solo cuatro clubes -Osasuna, Athletic, Real Madrid y Barcelona- no son SAD en el deporte profesional y según cuenta Bernardo Bonet, "la diferencia actual entre clubes y SADS a nivel fiscal realmente no es tan importante como pueda pensarse. El legislador en los últimos años fue equilibrando las iniciales diferencias, dando equilibro a la fiscalidad de clubes deportivos y SADS".
El deporte se puede considerar de varias formas, profesional, amateur, recreativo, etc. Si se engloba en todos estos casos "no tendría excesiva relevancia" esta nueva ley que se quiere imponer.
Crecerán las diferencias entre clubes
Este nuevo modelo es difícil de saber qué consecuencias traerá, pero si se pone uno en el peor de los casos: "la excesiva dispersión de tipologías asociativas y societarios podría suponer un problema y generar mayores diferencias y problemas que la actual regulación", afirmó Bernardo Bonet.
Un caso curioso es el del CD Lugo hace algunos años. El club gallego no tenía ninguna deuda y aún así le hicieron convertirse, quitando el club a los aficionados. Algo que por supuesto no gustó en la ciudad. Llamativo también es el caso del Mirandés, que logró la conversión en el último día a contrarreloj, con jugadores como Díaz de Cerio, que pusieron dinero de su bolsillo para que el club siguiese en el fútbol profesional.
La parte positiva de este caso es devolver la pasión a los estadios y a los clubes y que no todo sea por negocio: "tal vez se produjera una vuelta a lo que tradicionalmente ha hecho que el fútbol sea una gran pasión, como es el que los aficionados se conviertan en parte fundamental del sistema y recuperen sus derechos. Sirva de referencia la Regla 50+1 de la Bundesliga que dice que el 51% de las acciones deben estar en manos de los aficionados".
Todo parece muy oscuro con este anteproyecto de la Ley del Deporte y hay que esperar para saber si se aprobará. En este caso la pregunta es si el artículo 74 será positivo para los equipos pequeños que todos los años tienen que pasar a manos de grandes inversores para poder subsistir. Un caso reciente es el del Reus, que a pesar de ser un modelo de mucho control el actual, en el club catalán acabó con la expulsión de la competición.
[Más información: La Unión de Federaciones Catalanas protestará contra la Ley del Deporte]
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