Como si el mismo guion se repitiese, el Atlético de Madrid dijo un año más adiós a la Champions League. Y lo hizo en lo que era su Copa de Europa, cuya final tendrá lugar en Madrid el sábado 1 de junio y en la casa de los rojiblancos.

De la ilusión por levantar la primera Champions de la historia del club al fracaso por verse fuera en octavos. De poder tocar la cima, con todo a favor para que fuese así, a la crisis del cholismo. 

Ante la Juventus no se vio ni rastro de lo que hoy en día se conoce como el cholismo. Una religión, para los más nostálgicos, que representa el significado de "echarle huevos", tal y como expresó, con un polémico gesto, el entrenador argentino ante el equipo bianconero en la ida de los octavos de final cuando su equipo marcó el segundo tanto del partido.

Simeone: "Ni por compromiso, ni por esfuerzo, ni por trabajo, nos ganaron porque fueron mejores"

Lucha, guerra, sacrificio... algo que desapareció en Turín por parte de los de Simeone, lo que provocó la remontada del conjunto italiano y la consecuente eliminación del Atlético de Madrid. En el campo del Juventus Stadium solo se vio un equipo con ganas de querer pasar de ronda. Allegri se comió a Simeone en todos los aspectos que han hecho grande al argentino. 

Con el 2-0 de la ida, el favorito pasó a ser el equipo madrileño. Remontar un resultado así, en Europa, y más ante un equipo entrenado por Simeone no era tarea fácil. Cristano Ronaldo obró el milagro con un hat-trick demostrando que, en la Champions League, es el mejor jugador del mundo. Convirtiéndose, además, en la particular bestia negra de los rojiblancos. 

Simeone y Griezmann, principales culpables

La temporada del Atlético de Madrid comenzó con las renovaciones millonarias de sus dos estrellas: Simeone pasaba a ser el entrenador mejor pagado de Primera División y Griezmann a ser el segundo jugador que más iba a cobrar tras Messi. Enrique Cerezo creaba así, o más bien prolongaba, un proyecto ilusionante con el principal objetivo de levantar, de una vez por todas, 'La Orejona'. Y en su estadio. 

El jugador francés venía de ganar el Mundial junto a su país y de coquetear con el Barcelona. Finalmente se quedó en el conjunto colchonero tras ampliar su contrato y su salario. El desembolso fue a más cuando se hizo lo mismo con Simeone.

Un proyecto por y para el argentino que acabará esta temporada, o eso parece, con tan solo la Supercopa de Europa. Un título insuficiente para un equipo y un entrenador que están viviendo su peor etapa en el Atlético de Madrid.

Antoine Griezmann y Simeone celebran un gol del Atlético de Madrid Reuters

Los fichajes no funcionan

Con un desembolso de 126 millones de euros, varias han sido las caras nuevas que aterrizaron en el Atlético de Madrid el pasado verano.

Lemar, procedente del Mónaco, fue uno de los fichajes estrella. 70 millones de euros fue lo que el equipo rojiblanco pagó al conjunto del Principado. El galo nunca ha dado un paso adelante y no ha sido de los fijos en los onces de Simeone. Ha disputado 36 partidos entre todas las competiciones, aportando solo dos goles. 

ATLÉTICO DE MADRID / CLUB BRUJAS KV Rodrigo Jiménez Agencia EFE

Rodrigo, que llegó desde el Villarreal, fue una de las llegadas más ilusionantes del equipo dirigido por Simeone. 20 millones pagó el conjunto rojiblanco al submarino amarillo. Titular en la mayoría de los partidos, empezó la temporada a un gran nivel, pero poco a poco su rendimiento fue bajando. 

Kalinic, Arias, Adán o Jonny Castro han sido otras de las caras nuevas, aunque apenas han contado para Simeone, siendo el último comprado al Celta para ser vendido posteriormente al Wolverhampton.

Gelson Martins fue otro de los hombres que llegó en verano, pero que, debido a que no jugaba y que había que hacer un hueco para Morata, fue cedido al Mónaco.

Ni Diego Costa ni Morata

Diego Costa regresó la temporada pasada al Atlético de Madrid, pero no redebutó hasta principios de año debido a la sanción de la FIFA que prohibió al conjunto colchonero fichar en el verano de 2017. 

Durante la presente campaña pudo estar a las órdenes de Simeone desde el inicio, pero varias lesiones han provocado que el jugador hispano-brasileño carezca de esa continuidad y regularidad que se le exige a un delantero como él.

Tan solo ha anotado cuatro goles entre todas las competiciones, demostrando que está lejos del nivel que enamoró a los atléticos hace ya varias temporadas. 

Álvaro Morata y Chiellini durante el partido de Champions en el Wanda Metropolitano EFE

Todo esto desencadenó el fichaje de Morata durante el mercado invernal, lo que hacía que tuviesen que pelear por un puesto junto a Griezmann. Tras su mala temporada con el Chelsea, el exjugador del Real Madrid llegó al Atlético ante la falta de gol del equipo rojiblanco. 

Tras siete partidos vistiendo la elástica colchonera, Morata ha anotado tres goles, ninguno de ellos ante la Juventus. Tuvieron que ser dos defensas los que viesen puerta ante la Vecchia Signora demostrando así el problema que existe en la delantera del Atlético. 

Ahora, sin nada en juego -se encuentran a siete puntos del Barcelona en el campeonato doméstico y solo un milagro haría que el conjunto rojiblanco pudiese luchar por La Liga-, Simeone tendrá que ir pensando ya en la próxima temporada mientras hace autocrítica para olvidar una de peores épocas del cholismo. Reinventarse o morir. 

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