Yaya Touré, ex del Barça y del Manchester City, ha recordado en una entrevista a Mirror su triste etapa en el Metalurg Donetsk con 20 años por culpa del racismo tan presente en Ucrania por aquel entonces, en 2003.
"De primeras me sentí humillado, y luego enfadado. Los cánticos imitando a un mono eran peor que cualquier otra cosa. Y a veces, incluso, lo hacían mis propios aficionados", revela al medio inglés. "Intentaba acostumbrarme a ello. 'Negro de mierda, negro de mierda: ¡vuelve a casa!', me decían", cuenta.
Touré se ha abierto después de los insultos racistas que recibieron Sterling o Danny Rose con Inglaterra en el partido disputado frente a Macedonia: "Fueron momentos muy difíciles y lo peor es que tenía que volver a vivirlos en cada partido", continúa.
Su padre también fue víctima del racismo
Habla también de cómo este problema acabó afectando a su familia: "Recuerdo haber llamado a mi padre y contarle lo que estaban cantándome y los gritos imitando a los monos. '¡Papá, me siento muy mal!' Él me dijo que fuera a jugar, que fuera fuerte porque no quería que me afectara y pero no se daba cuenta de lo mal que estaba yo".
"Un día vino a verme y se fue a sentar. Todos los blancos se alejaron de él y se fueron a sentar en otro lugar. '¿Qué pasa, huelo mal?', me preguntó. Entonces le dije lo mismo que me comentó él. Tenía que aceptarlo y que no le afectara", cuenta.
"Si algún futbolista es ofendido todo el equipo debería irse del campo, incluso los aficionados y los directivos. Hay que hacer algo, desde la FIFA, desde arriba...", asegura para concluir.
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