El Barcelona vivió una de las peores noches de su historia en Anfield. La remontada del Liverpool ya es una de las grandes gestas del fútbol y ha provocado una gran crisis en el conjunto azulgrana. Un nuevo fracaso europeo, pero que repite el guion del año pasado contra la Roma.
Como factor común en ambos partidos se encuentra la mala actuación de Lionel Messi. No es algo nuevo, pero el argentino se ha acostumbrado a fracasar en la Champions. Cuatro temporadas sin rozar 'La Orejona' y, lo que es más doloroso, viendo al Real Madrid levantar el trofeo en tres ocasiones. El Barça quería su particular venganza este año. Se había preparado y concienciado para ello, el objetivo era volver a reinar en Europa.
El Barcelona quiso celebrar en La Cibeles y terminó llorando en Canaletas. La maldición de Madrid persigue a los culés. En 2010 fue el Inter de Mourinho el que evitó que los azulgranas se plantaran en la final del Santiago Bernabéu y ahora, nueve años después, ha sido el Liverpool de Klopp el que ha aguado la fiesta deseada por todo el barcelonismo.
La 'era Messi' se suponía que debía ser en la que el Barça se acercara al Real Madrid en Europa, pero el argentino ya tiene 31 años, cumplirá 32 en junio, y la diferencia en el palmarés no es que no haya disminuido, sino que se mantiene en ocho Champions. Más preocupante es incluso que el '10' haya desaparecido cuando más le necesitaba su equipo.
Messi no es el mejor jugador del mundo. No gana un Balón de Oro desde 2015 y puede que este año tampoco lo consiga. Puede haber sido clave en La Liga y contra equipos menores, pero en la Champions, en la competición de verdad, ha vuelto a naufragar. Al revés que Cristiano Ronaldo, el argentino ha fallado reiteradamente también con su selección.
Sin grandes títulos con La Albiceleste y acumulando decepciones en la Champions, la consideración de mejor jugador del mundo le queda grande en estos momentos. Qué decir sobre las afirmaciones que indican que es el mejor de la historia. La comparación con Maradona es un despropósito y si no se lo creen que pregunten en Argentina.
En 2016 Cristiano llevó a Portugal a ganar su primera Eurocopa y al Real Madrid a su décima Champions. Un año después repitió con el club blanco, al igual que en 2018. Sin embargo, en ese año no cuajó un buen Mundial y Modric, con justicia, le adelantó. La dictadura de Messi y Cristiano en los premios individuales llegó así a su fin.
Lo siento, culés. Lo siento, fans de Messi. Ya no es el mejor del mundo. Pero no desde ayer, sino desde hace al menos cuatro años. El fútbol es cíclico y el del argentino ha terminado al menos por ahora. Puede que vuelva, pero mientras va perdiendo una Champions tras otra.
Tampoco fue el mejor en 2010, aunque la campaña del Barça en favor del '10' en lugar de Xavi e Iniesta hizo que no se viera premiado el Mundial de España. Da igual, porque eso ya es historia. Igual que es historia definir a Messi como el mejor del mundo. Manolas y Origi lo han demostrado.