El Barça de Ernesto Valverde ha cosechado su segundo fracaso consecutivo de la temporada cayendo en la final de la Copa del Rey. El conjunto culé se enfrentaba al Valencia en el Benito Villamarín y fue el conjunto ché el que se llevó el gato al agua. Tras ello, las caras de los futbolistas del Barça volvían a reflejar una profunda decepción, y su regreso a la Ciudad Condal tuvo un recibimiento un tanto gélido.
La plantilla azulgrana llegaba a las 03:00 horas de la madrugada y apenas se podía escuchar algún murmullo. Los jugadores iban pasando con sus coches ante una decena de personas que se quedaron a la esperan de su salida, y tan solo Leo Messi recibió una pizca de cariño, en señal de reconocimiento al esfuerzo que el argentino realizó en el partido.
El gol del rosarino fue lo único que dio algo de esperanza al conjunto azulgrana, pero no fue suficiente, ya que el Valencia había conseguido una renta de dos goles en la primera parte. Gameiro y Rodrigo fueron los anotadores, y tras la lesión de Parejo en la segunda mitad, Messi consiguió recortar distancias en el marcador apenas 10 minutos después.
El Valencia, justo campeón
No obstante, el equipo de Marcelino consiguió aguantar el tipo y acabar con la hegemonía del Barcelona en la Copa del Rey. Esto ha aumentado el sabor amargo que de por sí arrastraba la plantilla barcelonista, pues si bien la 'espinita' de la Champions sigue clavada tras la debacle de Anfield, la esperanza del doblete se perdió por el camino a manos del Valencia.
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