El jugador del Real Valladolid Borja Fernández, detenido este martes en una operación de la Policía Nacional contra el presunto amaño de partidos de fútbol en Primera y Segunda División, ha pedido a través de su entorno más cercano que se crea en él y que se haga valer la presunción de inocencia.
Personas cercanas al jugador, que esta mañana fue conducido a la comisaría de Delicias de Valladolid, han incidido en esa "presunción de inocencia", puesto que Borja Fernández es un jugador que siempre ha transmitido "nobleza e integridad", han señalado a Efe.
Amigos del central blanquivioleta han mostrado su "sorpresa" ante la información surgida esta mañana porque de lo que se le acusa, presuntamente, "no encaja" con el perfil del jugador, puesto que "siempre ha sido una persona honesta, noble" y, por tanto, si no hay nada concluyente, no creen que Borja Fernández haya cometido ningún delito.
Su implicación y entrega al Real Valladolid, club al que ha pertenecido en tres etapas diferentes, ha sido tal, que cuando anunció su retirada el pasado 17 de mayo, se confirmó su continuidad en la entidad, que se ha pronunciado sobre lo sucedido con un comunicado en el que ni se menciona a Borja.
En la operación sobre los supuestos amaños se ha incluido el del reciente partido Real Valladolid-Valencia, en el que los vallisoletanos no se jugaban nada, puesto que ya habían confirmado su permanencia en Primera división, mientras que los valencianos luchaban por entrar en la Champions League.
La Liga de Fútbol Profesional, en un comunicado, se ha referido a la operación policial y ha recordado que fue esa entidad la que denunció un presunto amaño en el partido entre el Huesca y Gimnástic de Tarragona (0-1) en mayo de 2018, pero no hace ninguna referencia al Real Valladolid-Valencia.
Ninguna de las personas cercanas a Borja Fernández cree en su posible implicación en esta trama, y el propio jugador ha sido el que ha pedido al club y a la afición del Real Valladolid, a través de su familia y de su abogado, que crean en él, al tiempo que ha asegurado su inocencia.
El código disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol recoge que "los que intervengan en acuerdos conducentes a la obtención de un resultado irregular en un encuentro" serán sancionados con la inhabilitación por un tiempo de dos a cinco años, por lo que, si un jugador es culpable de haber participado en el amaño de un partido sería inhabilitado deportivamente un mínimo de dos años.
Pero "su equipo también sufrirá las consecuencias" porque el precepto destaca, además de la sanción individual, que se "deducirán seis puntos de su clasificación a los clubes implicados, declarándose nulo el partido supuestamente amañado, cuya repetición solo procederá en el supuesto de que uno de los dos oponentes no fuese culpable.
Es decir, que en el caso de que Borja Fernández fuera acusado en firme, una vez se probara su implicación en la llamada "operación Oikos", podría verse afectado el Real Valladolid.
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