Memphis Depay estuvo dos temporadas en el Manchester United llegando a coincidir con José Mourinho, del que no guarda especial cariño.
Durante su primer año en el equipo inglés estuvo a las órdenes de Van Gaal, donde jugó 48 partidos y marcó siete goles. En la segunda temporada Mourinho se hizo cargo del conjunto de Manchester, pero el jugador holandés solo disputó ocho encuentros y no anotó ningún gol.
"Cuando vino Mourinho, sentí confianza y hasta entrené a un nivel más alto, pero nada cambió mi situación, incluso dándolo todo en los entrenamientos", confiesa Depay en su autobiografía "Había jugadores como Ibrahimovic, Pogba o Carrick se preguntaban cómo era posible que nunca tuviera una oportunidad", relata.
Según Depay, su rendimiento se vio alterado por la mala relación que tenía con el entrenador portugués, llegando a afectar a su actitud y comportamiento en la vida personañ.
"Mourinho me decía que estaba muy satisfecho con mi trabajo y mi actitud, pero nunca me dio opciones de jugar. Y en ese momento me hizo perder la cabeza. Después de los entrenamientos me iba a casa y no quería ver a nadie: mentalmente, pasé un mal rato y empeoraba cada día", comenta.
"Mirado desde fuera, yo tenía una buena vida, jugaba en uno de los mayores clubes del mundo, vivía en una hermosa casa con piscina, con mi mejor amigo, Gigi, y conducía un Rolls Royce, pero era infeliz", expresa.
"A veces mi frustración me hacía explotar, de pura rabia, y un día... hasta pegue a mi mejor amigo en casa. Me paré antes de lastimarlo, pero luego me sentí avergonzado. Ahí toqué fondo, sorprendido con mi propio comportamiento", finaliza.
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