Tras el empate cosechado el pasado sábado ante el Osasuna en El Sadar, Gerard Piqué se mostró contrariado. Según ha informado el diario Sport, el central entró en el túnel de vestuarios criticando la decisión arbitral y propinando una fuerte patada a la puerta del vestuario visitante dejando la marca de los tacos de su bota.
Esta decisión, unida a una fuerte protesta en el campo por la decisión de Martínez Munuera, no sentó nada bien al jugador blaugrana, quien protestó también fuera del campo, en la zona mixta posterior al encuentro. Relacionado a esto, Piqué no paró de repetir que la mano que costó el penalti a favor del equipo local no debería ser pitada y debería haber sido tomada como involuntaria por el nuevo reglamento.
"Si el esférico no me hubiese dado en la mano, me daba en la cara. No puedo sacar la mano, no me la puedo cortar. Me gustaría que los que dicen que es penalti saltasen con la pierna arriba y viesen donde les va el brazo... Para mí no es falta. ¿Cuántas manos se producen durante una jornada y no se pintan? Es cara o cruz", afirmó el central blaugrana en relación a la mano que costó el penalti.
"Sabemos que esto es muy largo aunque nos hubiese gustado empezar con 9 de 9. Hemos perdido cinco puntos que ya no vamos a recuperar, pero queda mucha liga y tenemos que empezar a ganar los partidos para aspirar a ganar La Liga", aseguró el central para los medios tras el partido.
Sobre el gol de Ansu Fati y la importancia de los canteranos en el club, Piqué señaló el nivel de preparación que tienen ambos: "Ansu Fati tiene descaro, nivel y ha tenido la suerte de marcar un gol. A él y a Carles Pérez les necesitaremos porque la temporada es muy larga y como ocurre ahora tenemos bajas importantes. Aportan nuestro adn y han colaborado mucho en darle la vuelta al marcador".
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