El Getafe, en su versión más combativa, consiguió su primera victoria de la temporada en Liga tras superar al Mallorca (4-2) y tomó oxígeno para salir de los puestos de descenso en los que se metió la pasada jornada. [Narración y estadísticas: Getafe 4-2 Mallorca]
El cuadro de José Bordalás recuperó el estilo más parecido con el que el curso pasado se identificó a un grupo que estuvo a punto de clasificarse para la Liga de Campeones. Lastrado por los empates (tres seguidos más una derrota), el conjunto azulón volvió a ser un grupo muy rocoso y prácticamente indestructible de centro de campo hacía atrás.
José Bordalás volvió al mismo once que empató el fin de semana pasada ante el Betis en el estadio Benito Villamarín y se olvidó de los nueve hombres que ganaron este jueves al Trabzonspor turco en la Liga Europa.
Tal vez, con la necesidad de puntos para salir del descenso, dejó fuera a piezas más creativas como Francisco Portillo y el marroquí Fayçal Fajr o figuras con más velocidad como el delantero Ángel Rodríguez.
La presencia en el once del serbio Nemanja Maksimovic, del uruguayo Mauro Arambarri y de toda la guardia pretoriana defensiva comandada por el togolés Djené Dakonam, indicaban una apuesta menos imaginativa pero mucho más combativa.
Y funcionó. Una pizca de agresividad futbolística mezclada con la buena suerte que no tuvo el Mallorca, dejó encarrilado el partido para el Getafe en los primeros 45 minutos. El equipo de Vicente Moreno sufrió tres contratiempos consecutivos que fueron casi decisivos.
Primero, en el tanto inaugural del choque, que llegó tras un córner sacado por Jason Remeseiro que se introdujo en su portería el ghanés Iddrisu Baba. Después, con las lesiones simultáneas de Salva Sevilla y de Abdul Rahman que dieron paso a la entrada al campo del japonés Takefuso Kubo y del ghanés Lumor Agbenyenu.
Kubo, que brilló en el tramo final de los minutos que disputó ante el Athletic, salió en el peor momento del duelo. Con su equipo por detrás y con la dura vigilancia del camerunés Allam Nyom, pasó prácticamente desapercibido.
Y es que el Getafe decidió no dar ni un respiro a su rival, desesperado por los continuos parones, por una presión asfixiante en cada balón que intentaba manejar y por la incapacidad de atravesar la barrera formada en el centro del campo por la dupla Maksimovic-Arambarri.
Entre los dos secaron cualquier posible reacción del cuadro balear que se hundió más con el penalti transformado por Jorge Molina tras un discutible agarrón de Joan Sastre muy protestado por el jugador del Mallorca.
El 2-0, a la media hora, fue el fruto de un trabajo oscuro pero eficiente, porque aparte de esos tantos, a balón parado, el Getafe apenas creó opciones por la banda de Marc Cucurella, muy insistente y con buena visión. De ella no pudo aprovecharse Jason, que dispuso de una opción clarísima para rematar un centro de la izquierda de su compañero que golpeó mordido y mal.
Con el 2-0 se llegó al descanso y en la reanudación la vida siguió igual por el césped del Coliseum Alfonso Pérez. Muchos parones en el juego, faltas a porrillo, demasiados jugadores en el suelo y pocas ocasiones hasta el tercer tanto, en el minuto 63.
Llegó después de una múltiple ocasión del Getafe, con un disparó de Jason que desvió Reina al palo y con otro intentó de Djené que salvó el portero del Mallorca. Sin embargo, el rechace del disparo del defensa azulón lo recogió Nyom dentro del área pequeña para golpear subir con el alma el tercer tanto al marcador.
Nyom, por sorpresa, fue de los mejores del partido. Jugador poco hábil pero muy combativo, secó a Kubo, fue el más contundente en defensa, no cedió ni una baldosa de terreno y además se adornó con el tercer gol de su carrera en Liga.
Kubo sólo disfrutó de un momento de gloria. Aprovechó que el uruguayo Leandro Cabrera estaba en la banda recibiendo asistencia médica por una brecha para aparecer por la banda derecha y poner un centro perfecto a la cabeza del croata Ante Budimir.
El japonés, sin Nyom, que en ese momento cubría el hueco del central, dejó un buen destello de la calidad que tiene en sus botas. Budimir no lo desaprovechó e hizo el gol del Mallorca, que tenía 20 minutos para intentar el empate.
Y estuvo a punto de conseguirlo. Por lo menos, puso contra las cuerdas al equipo de Bordalás. Enseguida apareció de nuevo el balcánico para aprovechar un mal despeje de Cabrera hacia su portería que prolongó de tacón hasta la red de David Soria.
La esperanza balear se acabó muy pronto. Portillo y Ángel, que acababan de salir al terreno de juego, conectaron en un contragolpe para que el segundo batiera en un mano a mano a Reina y concluyera su semana grande tras el tanto que hizo al Trabzonspor.
Curiosamente, en el partido más trabado de la jornada hasta el momento, se marcaron más goles que en los cuatro duelos del sábado juntos. El Getafe, mucho más sabio en un partido rocoso, se llevó los tres puntos para salir del descenso y recuperar su identidad más combativa.