La S.D Eibar cierra una semana perfecta tras sumar la segunda victoria consecutiva que le permite respirar tras deshacerse, con menos complicación de la esperada, de un Celta que no encuentra el camino y que sucumbió por los tantos de Edu Expósito y del chileno Fabián Orellana. [Narración y estadísticas: Eibar 2-0 Celta de Vigo]
Ipurúa acogía un duelo de necesitados inesperado, ya que tanto un Eibar consolidado en la categoría como un Celta muy reforzado, apuntaban alto esta temporada pero sus inicios deficientes les han condenado a la zona baja, lo que ha generado una ansiedad que lastra el rendimiento de ambos conjuntos
El equipo local comenzó intenso, tanto que su lateral Cote terminó dañado en la cabeza en la primera acción de juego, tras chocar de forma aparatosa con una fotógrafa. Los gallegos recurrieron inicialmente a Hugo Mallo, Brais y Aspas en su ataque por la banda derecha, para ir apagándose el juego celeste según trascurría el choque.
El Celta no podía dormirse porque Eibar mordía una y otra vez mediada la primera mitad, para dar un susto a los gallegos cuando Kike García se quedó sólo ante Rubén Blanco, sin embargo el árbitro vio falta del delantero conquense y retrasó los problemas de los gallegos.
El meta celtiña evitaría en este primer tiempo también el gol local en dos ocasiones a sendos saques de esquina de Orellana, en los que intentó un gol olímpico sin objetivo por los excelentes reflejos del portero pontevedrés.
El exjugador del Barcelona Denis Suárez, por su parte, disfrutaría de la única ocasión clara de los gallegos en el primer período, en un remate desde el área grande que fue ajustado a portería y se marchó fuera por muy poco.
El Eibar, tal y como hizo ante el Sevilla, se tomó muy en serio el inicio de la segunda mitad y ahí encontró recompensa a todo su esfuerzo en su primera llegada de peligro, conducida por Escalante y definida maravillosamente por Edu Expósito elevando el balón por encima de Rubén Blanco.
Dimitrovic salvó los medios
El Celta, apremiado por este revés, se lanzaría con todo en busca al menos del empate, lo que dejaba a los guipuzcoanos justo en el escenario que buscaban desde el minuto uno para poder hacer daño y resolver a la contra.
Dimitrovic, cancerbero local, salvó los muebles para su equipo en el primer latigazo del Celta tras encajar gol, en un medido remate de Brais Méndez que llevaba toda la trayectoria de gol hasta que intervino el portero del Eibar, que volvió a pasar apuros en una clara ocasión en la que Aspas y Mina no se entendieron.
Los locales celebrarían un segundo gol, el del japonés Inui, pero Martínez Munuera lo invalidó tras revisar el VAR, el Eibar, sin embargo, había cogido ritmo y pilló dormidos a los vigueses, que encajaban ahora sí de forma legal, el tanto de Orellana que sentenció el encuentro. Iago Aspas en el descuento erró un penalti que no habría cambiado el signo del encuentro.