El Espanyol logró una gran victoria ante el CSKA de Moscú (0-2) gracias a una magnífica segunda parte, que le permite soñar con avanzar en la Europa League y recuperar el ánimo tras un decepcionante inicio de temporada. [Narración y estadísticas: CSKA de Moscú 0-2 Espanyol]
Sufrió el equipo españolista en la primera parte, en la que no dio una a derechas, pero en la segunda parte el equipo dirigido por David Gallego se hizo con el control del juego y mató el partido con un gran contraataque y un segundo gol ya en el descuento.
El argentino Matías Vargas, autor del pase del primer gol (Wu Lei), fue el jugador más destacado de su equipo junto a Diego López, que volvió a ser un seguro de vida a sus 37 años, mientras Campuzano volvió loca a la defensa rusa en la segunda parte.
Gallego aseguró la víspera que sus jugadores se merecían una victoria y a buen seguro que estos se lo ganaron en el campo. Con esta victoria, el Espanyol suma ya cuatro puntos tras el empate de la primera jornada ante el Ferencvaros.
El Espanyol saltó de inicio con el joven campeón de Europa, Roca, como cerebro, mientras en ataque apostó por el tridente formado por los argentinos Calleri y Vargas, junto al chino Wu Lei.
Salió el equipo del Ejército ruso avasallando, lo que obligó a los futbolistas del equipo catalán a defenderse como gato panza arriba. En los primeros 20 minutos los pupilos de Gallego no cruzaron el centro del campo más que en contadas ocasiones.
Contratiempo por la lesión de Calleri
El croata Vlasic fue el primero en avisar. Un disparo desde la esquina del área que iba encaminado a la escuadra fue despejado a córner con la yema de los guantes por el gallego Diego López. Las cosas se complicaron muy pronto para el equipo perico con la lesión a los 20 minutos del argentino Calleri, que fue sustituido por Campuzano.
Lo que parecía un contratiempo se convirtió en una oportunidad para Pedrosa, que protagonizó poco después la primera aproximación para los visitantes, aunque su disparo tras una carrera de treinta metros fue despejado por la zaga rusa.
Gallego se desesperaba en la banda porque su equipo no se acercaba apenas con peligro al área de Akinféev, pero sí logró empantanar el partido. El CSKA lo seguía intentando, pero ya sin claridad en el último pase.
Lo más peligroso eran las internadas por la banda de Mario Fernandes, pero sus centros no encontraban rematador, con la excepción de un cabezazo de Sigurdsson a las manos del cancerbero perico.
El Espanyol salió enchufado tras el descanso
Mediada la primera parte los españolistas ya habían adelantado líneas y los veteranos Víctor Sánchez y Granero entraba cada vez más en juego, lo que era una magnífica noticia para su equipo. Pero las oportunidades no llegaban. A Vargas no le salía nada y Wu Lei apenas recibía balones. Al término de la primera parte lo mejor para los españoles era el resultado, que no el juego.
La segunda parte arrancó de la mejor manera para el Espanyol. Un balón largo de Vargas para Campuzano le permitió encarar en solitario a Akinféev, pero su disparo fue despejado magistralmente por el legendario portero ruso (51').
La arenga de Gallego debió de surtir efecto, ya que el partido se animó de repente. Donde antes había una muralla rusa, ahora aparecían los espacios. De nuevo Vargas recibió el balón en tres cuartos, levantó la cabeza y dio un magnífico pase entre líneas que dejó completamente solo a Wu Lei, que picó el balón ante la desesperada salida de Akinféev (64').
El partido estaba donde quería el Espanyol. Mientras, el técnico local, Víctor Goncharenko, era un manojo de nervios. Sólo Mario Fernandes puso en apuros a Diego López. No era para menos. En el descuento Campuzano, que poco antes había perdonado ante Akinféev, aprovechó un error garrafal de la defensa local para regatear al cancerbero ruso y marcar el segundo gol (95').
Gallego ya podía por fin respirar tranquilo. Sus jugadores respondieron y ahora podrá afrontar la liga española con mucho más optimismo.