Samuel Eto'o anunció hace unas semanas su retirada de los campos de fútbol. El camerunés acudió al Congreso Aspire en Doha en Qatar, repasó su trayectoria y valoró a los técnicos con los que ha entrenado en los casi 20 años de carrera como profesional.
Uno de los entrenadores más polémicos con los que ha trabajado ha sido Pep Guardiola, cuya relación no fue del todo fluida. Coincidieron en el banquillo del FC Barcelona tan solo una temporada y sirvió para que el camerunés aprendiera lo que es el fútbol.
"Yo estoy enamorado de Guardiola como entrenador, pero no como persona. Es el técnico que mejor me ha dado el mensaje, yo he aprendido realmente a jugar al fútbol con Guardiola. Lo interpreta mejor que ninguno. Es su manera de pasarte la información lo que le hace diferente. Es el mejor y pierde partidos, claro", explica el jugador de 38 años. "Tenemos que aprovechar lo mejor de cada entrenador, pero el fútbol al final son opiniones y llega un momento en el que hay que poner lo nuestro", comenta.
En el año 2009 el jugador llegó al Inter de Milán con José Mourinho en el banquillo y la relación entre el luso y el delantero pasó por altibajos: "Lo peor es faltarle al respeto a alguien. Los mejores entrenadores son los que me han dicho las cosas más duras a la cara pero dentro de un despacho".
Para Eto'o ha habido momentos importantes a las órdenes de Mourinho, especialmente a nivel emocional: "Duele cuando un entrenador no sabe gestionar esta parte, y hay muchos. Cuando estaba en el Ínter el cabrón de Mou me dejó un mes en el banquillo y me ponía a calentar en el minuto 89".
La relación pasó por un punto de inflexión el día en deportista solicitó hablar con su técnico: "Después de un tiempo fui a hablar con él a su despacho y hablamos claro: Bien, ahora ya tengo a mi jugador", me dijo. "Después de eso todo ya fue bien entre nosotros. Yo siempre te diré las cosas a la cara, con respeto, y luego habrá un debate".
Aragonés, el más importante
Eto'o ha militado en treces clubes desde que comenzó su carrera profesional en el año 1997 en el Leganés. Diferentes técnicos que le han marcado de una u otra manera, pero tiene claro quién ha sido el más importante de toda su trayectoria: "Si tengo que quedarme con un entrenador es con Luis Aragonés, porque él cambio mi vida".
Recuerda una conversación con Aragonés cuando militaba en las filas del Mallorca, club al que perteneció cuatro años, justo antes de consagrarse como futbolista en el FC Barcelona: "Aquella charla en su despacho del Mallorca cambió totalmente mi vida de futbolista. Me llamó y me dijo: 'Samuel, lo has hecho todo en el Mallorca en estos años y creo que ha llegado el momento de ir a un grande y saber dónde está de verdad tu nivel'".
La experiencia del de Hortaleza fue imprescindible para él: "Veía cosas que yo no veía entonces. Luis era único, sabía jugar con esa personalidad. El día que casi me pega un cabezazo en Zaragoza al día siguiente me coge del brazo y me dice: 'Hijo, casi te doy un cabezazo ayer'. Pero pese a que tenía esa fuerte personalidad, como yo, luego era como un padre conmigo. Si soy entrenador sería un gran honor parecerme a él'".
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