El Manchester City perdió ante el Liverpool 3-1 quedándose así a nueve puntos del equipo entrenado por Klopp. Pep Guardiola estalló nada más comenzar el partido debido a una acción que ocurrió. Cuando acabó el choque mostró también su enfado al dar la mano a los árbitros del choque y diciéndoles "muchas gracias' de forma irónica.
Los tantos de Fabinho, Salah y Mané desarmaron al City, incrédulo ante un penalti por mano de Trent Alexander-Arnold que ni el árbitro ni el VAR apreciaron y que se convirtió en la piedra angular de las protestas y la desesperación celeste.
El primer tanto del Liverpool vino precedido de polémica, puesto que en la jugada anterior los jugadores del City pidieron mano del jugador del Liverpool dentro del área. El colegiado dejó seguir, el VAR revisó la jugada y entendió que no había nada. La repetición mostraba que efectivamente el lateral inglés cortó la pelota con el brazo.
El VAR podía haber cambiado el partido y les había negado un penalti. Se iban al descanso 2-0 arriba y nueve puntos por detrás del Liverpool. En la segunda parte el partido siguió igual y Mané puso el tercer tanto. Bernardo Silva redujo distancias, pero no sirvió de nada.