Es un secreto a voces que el Atlético de Madrid no ha arrancado bien la temporada. Los rojiblancos no carburan y el equipo se ha mantenido estable en Liga gracias a que Real Madrid y Barcelona también han estado dubitativos con pinchazos en varios partidos. Sin embargo, esta situación no exime que el proyecto de Simeone esté en horas bajas y que la afición colchonera exija cada vez más cambios.
En los últimos años el juego del Atlético ha estado cada vez más en entredicho. El resultadismo del que siempre ha hecho gala el técnico argentino en su discurso se ha tambaleado con los pinchazos del equipo. Este punto ha tenido su culmen esta temporada, donde los colchoneros han mostrado síntomas de un juego errático, sobre todo en ataque.
Problemas de juego
La faceta goleadora es una de las mayores críticas que recibe el Atlético de Madrid esta temporada, ya que es el último de los cinco primeros clasificados con más goles anotados. 15 dianas que chocan frontalmente con las 33 que lleva en su haber el Fútbol Club Barcelona en este inicio de curso (con un partido menos). A su favor sí tiene el mantener la fortaleza defensiva como equipo que menos encaja (8).
Además, el conjunto rojiblanco no encuentra soluciones y los planteamientos se quedan en tierra de nadie: entre una propuesta de clara vocación defensiva y otra conservadora. Esto hace que en el Wanda Metropolitano se hayan visto jugadas, como frente al Espanyol, en las que el Atlético de Madrid ha perdido velocidad y ha terminado tocando, con posesión inerte, sobre la frontal rival.
Tropiezos sin explicación
Ha habido un antes y un después este año en torno a la inmunidad de la que Simeone gozaba en el club, ganada a pulso con sus éxitos en temporadas anteriores, con la derrota sufrida en Alemania contra el Bayer Leverkusen (2-1) durante la última jornada de Champions. Los madrileños se jugaban seguir manteniendo el pulso del liderato del Grupo D a la Juventus, pero terminaron cayendo contra un rival en crisis que se encontraba último de la clasificación con cero puntos.
Este partido no hizo más que confirmar las dudas que había dejado el equipo en Liga en este inicio de curso. Los colchoneros se encuentran terceros en la tabla, a un punto de Real Madrid y Barcelona (25), y se mantienen en la pugna por la cabeza de la clasificación. Sin embargo, las sensaciones no han sido buenas. Y es que a pesar de no haber perdido contra ningún rival directo, las dudas están en el aire.
Contra la Juventus empataron a dos en el debut europeo, con Sevilla y Valencia arañaron un punto (1-1) y en el derbi madrileño volvieron a firmar tablas, aunque esta vez sin encajar goles. Partidos en los que el Atlético de Madrid no consiguió la victoria, ni tampoco convencer con el planteamiento de juego presentado por Simeone. Seis triunfos que se unen a seis empates y una derrota y que dejan señalado al técnico argentino.
Cambios que no llegan
Desde hace tiempo al 'Cholo' se le pide un paso más en la propuesta del equipo. El Atlético de Madrid tiene una plantilla mucho más ofensiva que años atrás, pero el técnico sigue decidido a jugar como cuando aterrizó en el Vicente Calderón en el año 2011.
Es cierto que el club ha perdido jugadores importantes como Antoine Griezmann (Barcelona), Diego Godín (Inter de Milán), Juanfran Torres (Sao Paulo), Lucas Hernández (Bayern Múnich), Rodri (Manchester City) o Filipe Luis (Flamengo); y fichajes como Gelson Martins, Kalinic, Vietto, Jackson Martínez, Carrasco o Vitolo no han terminado de funcionar durante sus etapas en el conjunto rojiblanco. Sin embargo, el club ha intentado revertir la situación con fichajes galácticos de nivel.
El pasado verano el Atlético de Madrid recibió 243,5 millones de euros con los que poder afrontar un importante proceso de renovación que el equipo pedía a gritos. Joao Félix (120 millones - Benfica), Marcos Llorente (40 - Real Madrid), Mario Hermoso (25 - Espanyol), Trippier (22 - Tottenham), Felipe (20 - Oporto), Lodi (20 - Atlético Paranense) y Héctor Herrera (gratis - Oporto) son algunos de los ejemplos en los que el club invirtió 313,1 millones.
Esta cifra millonaria no se ha certificado en resultados. Jugadores como Llorente se encuentran prácticamente inéditos, aunque otros como Trippier, Lodi y Joao Félix se han asentado con maestría en el equipo, sumándose a otros aciertos de temporadas anteriores como Álvaro Morata. De hecho, el canterano merengue es el único gran atisbo de luz en la plantilla, habiéndose erigido como el máximo anotador del equipo con siete goles en 13 partidos. Dos encuentros más lleva un Diego Costa desconocido que solo ha anotado un par de tantos.
Las estrellas están afectadas
Esta crisis de juego que está caldeando los ánimos en la parroquia colchonera, donde ya se han escuchado pitos al equipo esta campaña, está afectando a muchos futbolistas importantes de la primera plantilla. Una muestra de ello es Saúl Ñíguez, que ante la falta de gol del equipo su calidad no está siendo aprovechado para mejorar los registros.
El centrocampista rojiblanco es uno de los mejores llegadores de Europa cuando tiene opciones de incorporarse al ataque. Sin embargo, Simeone ha vuelto a colocarle como lateral este curso (como ya hiciera en 2018), teniendo que desempeñarse en una zona ajena para él. Una gestión que desaprovecha el potencial de uno de los baluartes del Atlético de Madrid en los últimos años.
La situación de Koke también es peculiar, aunque en su caso se debe a una caída de rendimiento en su posición natural. El '8' del conjunto colchonero ha bajado drásticamente su nivel en los últimos años y esta temporada parece haber tocado fondo.
A pesar de que en la última jornada de Liga anotara un gol en el minuto 91 contra el Espanyol, el centrocampista ya no es el mismo jugador que dominaba la medular. Lleva desde octubre de 2018 fuera de la Selección, desde que jugará en la derrota contra Inglaterra (2-3) en la UEFA Nations League, y su mejor nivel ha quedado atrás.
¿Proyecto desgastado?
Esta pérdida de valor en las grandes estrellas del Atlético de Madrid es síntoma de un proyecto desgastado que ha ido de más a menos en los últimos años. De enamorar a Europa con un coraje pocas veces visto, pugnando hasta por 'Orejonas' (2014 y 2016) como si se tratase de un juego de niños, a dejar dudas casi de forma sistemática y perder identidad.
En la 2017/2018 ya sufrieron un serio aviso en la máxima competición continental al quedar eliminados en fase de grupos con partidos insólitos, como el pinchazo frente al Qarabag. Un jarro de agua fría que podía anticipar que el proyecto necesitaba un nuevo camino.
Esto ya se cuestionó cuando el equipo cayó en la final de Champions 2016 frente al Real Madrid. Simeone estuvo al borde de terminar abandonando el club, pero finalmente superó la crisis de fe y terminó aceptando el reto de seguir liderando a un Atlético en el que era complicado volver a motivar a la plantilla.
Una de las mayores justificaciones que puede tener el entrenador argentino es que los jugadores no se adecuan a su modelo de juego. Los mayores éxitos del 'Cholo' en el banquillo han llegado con menos nombres sobre el campo. Así consiguió llevar una Liga a las vitrinas del ahora Wanda Metropolitano en 2014.
Posibles alternativas a Simeone
El Atlético de Madrid ya no entra en la puja por técnicos de bajo renombre continental, ya que se ha ganado a pulso su caché galáctico en los últimos años. Técnicos como Pochettino y Klopp entraron en las quinielas rojiblancas para sustituir a Simeone en los últimos años, en caso de que este hubiera decidido irse. Dos entrenadores que encajarían con la configuración de la actual plantilla, con jugadores rápidos y con capacidad de desarrollar un fútbol ofensivo y creativo.
Otras opciones serían las de apostar por entrenadores del corte actual, similares a la propuesta que ha tenido sobre la mesa el equipo rojiblanco en las últimas temporadas. Un perfil en el que encajan maestros de la táctica como Antonio Conte. Sin equipo se encuentran otros como Allegri o Mourinho, que quien sabe dónde podrán estar a final de temporada.
Este curso será clave en el devenir del proyecto. La mayor inversión de la historia del club debe respaldarse, como en cualquier gran entidad deportiva, en resultados. Los rojiblancos aún tienen tiempo de que el equipo carbure de cara a la fase decisiva donde se juegan los títulos. Aún están en la cima en todas las competiciones y la garra instaurada por Simeone en la plantilla es motivo suficiente para mantenerles en todas las quinielas.
Lo que parece claro es que Simeone es para el Atlético de Madrid lo que Maradona fue para Argentina o lo que Messi es para el Barça. El técnico cambió la historia del club con su llegada en aquel frío mercado de invierno de 2011. ¿El reto? Levantar a un equipo dormido que se encontraba en el más profundo de los ostracismos deportivos con Gregorio Manzano al frente. Y lo consiguió luchando contra viento y marea. Elevó al equipo al olimpo del fútbol europeo e hizo soñar a la afición rojiblanca. Sin embargo, el proyecto actual cada vez muestra más dudas y menos adeptos.
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