El Villarreal recibía a un Atlético de Madrid que venía de perder ante el Barcelona quedándose así a seis puntos del liderato. Por su parte, el conjunto local venía de sumar su tercera derrota consecutiva en Liga tras caer ante el Valencia. [Narración y estadísticas: Villarreal 0-0 Atlético de Madrid]
Fue un partido con muchas ocasiones para ambos equipos, con un Joao Félix muy activo y que tuvo la ocasión más clara en la primera parte tras un disparo al palo. En la segunda mitad, ambos conjuntos lo intentaron, pero el marcador no se movió.
El equipo local empezó con mucha intensidad y nada más comenzar el partido llegó la primera ocasión. Centro al área, el balón le llegó a Anguissa que no remató y dejó la pelota atrás. El balón le cayó a Chuzkwueze y su disparo se marchó alto.
El Atlético de Madrid no se arrugó y suyo fueron los siguientes dos acercamientos. Gran pase en largo de Hermoso, controló Arias en el lateral derecho y su pase no encuntró rematador. Acto seguido gran centro de Lodi y el balón le llegó a Joao Félix, pero su disparo se marchó alto.
Antes de la ocasión más clara del partido, el cuadro de Calleja se dejó ver de nuevo por el área de Oblak. Latigazo de Chukwuece que tocó en Thomas y se marchó por poco. Acto seguido turno para Gerard Moreno que remató de cabeza y la pelota se fue al lateral de la red.
La importancia de Joao Félix
Joao Félix volvió a ser titular tras hacerlo ante el Barcelona. El jugador portugués se había perdido varios partidos y su equipo lo necesitaba más que nunca. Suya fue la ocasión más clara del partido. El delantero rojiblanco, que jugó arriba con Morata, mandó un balón a un poste a los once minutos y tuvo una clara ocasión ante Asenjo poco después, pero su vaselina se fue alta.
En el tramo final del primer periodo, el encuentro mantuvo las alternativas, aunque Oblak tuvo que hacer una gran parada ante Manu Trigueros en un disparo del jugador del Villarreal.
Ida y vuelta en la segunda parte
El ritmo del primer tiempo se mantuvo tras la reanudación, aunque con una mayor presión del Atlético de Madrid, por lo que se empezó a jugar cada vez más cerca de la meta local. El Villarreal no encontraba la forma de superar la insistencia de su rival, aunque cuando lo lograba, sus contragolpes generaban casi siempre problemas a la defensa atlética.
El partido pasó a ser de ida y vuelta, con muchas imprecisiones y pérdidas de balón, lo que impedía que las aproximaciones a ambas porterías estuvieran acompañadas de la claridad necesaria para marcar.
Mediado el segundo periodo, el Villarreal fue capaz de decantar ligeramente la igualdad de su lado, con más posesión de balón y una mayor presencia en las inmediaciones de la meta del equipo madrileño.
El tramo final del encuentro estuvo marcado de nuevo por la igualdad, la necesidad de ambos equipos de alternar la búsqueda del gol y la defensa de la propia meta y la falta de precisión generalizada.
Las alternativas ante ambas metas no sirvieron para que ninguno de los dos equipos se llevara el botín de la victoria que, en cualquier caso habría supuesto un castigo excesivo para el que hubiera perdido.