El pasado día 15 de diciembre se suspendió el Rayo Vallecano - Albacete por los cánticos de la afición rayista a Roman Zozulya. El jugador ucraniano fichó en enero de 2017 por el conjunto franjirrojo, sin embargo una semana después tuvo que hacer las maletas y volver al Betis ante las protestas de Bukaneros, ultras del equipo vallecano.
El motivo de dicho rechazo eran unas fotos en las que Zozulya aparecía con diferente simbología nazi. El grupo de ultraizquierda del Rayo ganó así el pulso a la directiva por la incorporación del delantero. Un enfrentamiento que se ha avivado en la última semana tras la visita de Zozulya al Nuevo Vallecas.
Los cánticos de "Zozulya eres un nazi" y la falta de seguridad provocó que el árbitro suspendiera el encuentro en una decisión sin precedentes en el fútbol español. El Rayo, el Albacete, LaLiga y la RFEF apoyaron la determinación del colegiado. Sin embargo, el conflicto continúa hasta el punto que un grupo de ultras del Rayo zarandearon el coche en el que viajaron a Tarazona, para la eliminatoria de Copa del Rey, el presidente Martín Presa y el vicepresidente José María Sardá.
Zozulya dio la cara en rueda de prensa y explicó el motivo de las fotografías, para a su vez negar que fuera nazi y describirse como un "patriota ucraniano". La polémica sigue latente, pero este no es un caso aislado ya que otros futbolistas han sido relacionados con ideologías totalitarias como el nazismo o el fascismo.
La polémica en Italia
Uno de los más recordados es el italiano Paolo Di Canio por sus saludos fascistas a la grada cuando jugaba en la Lazio (1985-1986, 1987-1990 y 2004-2006). El delantero incluso fundó el grupo ultra 'Irriducibili' de ideología neofascista.
La polémica siempre ha perseguido a un Di Canio que no ha ocultado su ideología. En 2018 la cadena británica Sky Sports decidió despedir al italiano por lucir en televisión un tatuaje fascista en su brazo derecho. El exjugador, afín a Mussolini, tiene tatuado la palabra 'DUX', el término latino del que deriva el apelativo 'Il Duce' con el que era conocido el dictador.
Otro famoso italiano que siempre ha estado en el centro de la polémica es Gianluigi Buffon. El guardameta ha negado cualquier relación con la ideología nazi o fascista, pero en su etapa en el Parma lució el dorsal 88. Dicho número está relacionado con la proclama 'Heil Hitler'. La 'h' ocupa el lugar 8 en el abecedario.
Además, Buffon lució una camiseta en otra ocasión con la frase de Mussolini "boia chi molla", que significa "a la guillotina el que se rinda". También es recordada la que mostró cuando se proclamó campeón del mundo con Italia en 2006. Esta vez el veterano portero de la Juventus portaba una cruz celta con la frase "orgulloso de ser italiano".
Casos en España
En España hay varios jugadores que han sido también relacionados con el fascismo. Uno de ellos es Javier Arizmendi. El exfutbolista de Atlético y Deportivo entre otros ondeó una bandera preconstitucional cuando logró la medalla de oro con la Selección en los Juegos del Mediterráneo 2005.
También suscitó mucha polémica cuando celebró un gol con el brazo en alto, lo que se relacionó con el saludo fascista. El exjugador nunca se manifestó políticamente a pesar de ello y ahora trabaja como asesor financiero para deportistas.
El caso más famoso en nuestro país es el de Salva Ballesta. El exdelantero portó en sus botas una bandera con la frase: "Arriba España". De familia militar, el ex de Atlético, Racing y Málaga, entre otros, dirigió un "que viva España, hijos de puta" a la grada de El Sadar tras ser expulsado en un encuentro que disputaba con el equipo andaluz ante Osasuna.
Salva, sin embargo, ha afirmado siempre que es un "patriota" y que no tiene una ideología concreta. Eso sí, aseguró que "jamás votaría al PSOE" y sobre Oleguer, exfutbolista del Barça que se declaró independentista y se negó a jugar con la selección español, dijo tener "más respeto por una caca de perro" que por su compañero de profesión.
Quizá la historia más rocambolesca sobre fútbol y fascismo estuvo protagonizada por un portugués semidesconocido. Nuno Silva fichó por el Real Jaén en 2015 y para su presentación se vistió con una camiseta vintage con la cara de Francisco Franco. El luso no entendió las expresiones de asombro de los periodistas congregados en la sala de prensa, aunque tampoco recibió explicación alguna del club. De hecho, fue el propio Real Jaén el que distribuyó primero las fotografías por las redes sociales.
Nuno Silva aseguró después desconocer la importancia del personaje de su camiseta en la historia de España y afirmó no conocer la historia del país en el que iba a residir. Para cerrar el círculo al despropósito, el portugués decidió subastar la camiseta. Eso sí, todo por una buena causa, a beneficio de una asociación que lucha contra el cáncer infantil.