Megan Rapinoe se ha convertido en un icono mundial en este 2019. La estadounidense ha traspasado las barreras del fútbol y ha ido más allá. A sus 34 años ha construido toda una seña de identidad y está en lo más alto a nivel deportivo. Este año la futbolista ha demostrado que no existe techo para ella y que no se rendirá en la lucha por alcanzar sus objetivos.
Todo comenzó durante la disputa del Mundial de Francia de este verano. El campeonato fue el inicio de todo los trofeos individuales y colectivo que iban a ir llegando con el paso de los meses. La capitana de la selección de Estados Unidos obtuvo recompensa al buen nivel mostrado en cada partido. Sin embargo, no solo destacó por sus gestas dentro del campo sino por la postura de oposición al presidente Donald Trump que adoptó.
La polémica estaba servida. Tras un tenso cruce de mensajes entre ambos, Rapinoe se proclamó campeona del Mundial con su selección al lograr el oro tan preciado. Pero, por su fuera poco, también fue elegida como la mejor jugadora del torneo y la máxima anotadora
La jugadora del Reign FC se llevó el Balón de Oro y la Bota de Oro de la competición internacional tras vencer a Holanda en la gran final anotando, además, el primer gol para abrir el marcador desde los once metros. Este tanto hacía el sexto en su casillero en los cinco partidos jugados. Todo un logro con el que se apuntó un punto más a su favor en el enfrentamiento con el presidente de EEUU. Las americanas se convertían en las campeonas y se llevaban a casa su cuarto Mundial en las ocho ediciones disputadas.
No obstante, los reconocimientos para Rapinoe no se iban a quedar aquí. La delantera iba a seguir agrandando su historia al ser elegida como la mejor jugadora de 2019 por la FIFA el pasadon 23 de septiembre. Aunque aún quedaba el 'premio gordo'. La estadounidense se impuso entre 20 candidatas finales y obtuvo el Balón de Oro femenino sucediendo a Ada Hegerberg que ganó la primera edición de este nuevo formato.
Número uno del fútbol femenino
Este galardón le convierte en la número uno del fútbol femenino mundial pero no solo ha peleado dentro del terreno de juego sino también fuera de él. Rapinoe ha luchado por la visibilización de muchos colectivos minoritarios y se ha mantenido firme en su férrea lucha por los derechos humanos. La futbolista es una verdadera estrella mediática en este 2019 debido a su batalla contra el racismo, su deseo de alcanzar una igualdad entre hombres y mujeres, y al haberse convertido en un activista de los derechos LGTBI.
El Mundial le ha servido como un gran escenario para mostrar sus pretensiones. La jugadora no cantó el himno antes del comienzo de los partidos como signo de reivindicación a las injusticias llevadas a cabo en su país. Además, recalcó la necesidad de una igualdad salarial entre hombres y mujeres antes de que Gianni Infantino, presidente de la FIFA, repartiera los premios del campeonato.
"Todas las jugadoras durante este Mundial hemos brindado el espectáculo más increíble. No se puede hacer nada más para impresionar. Hay que pasar a la etapa siguiente. Todo el mundo está preparado para que cobremos lo mismo. Ahora necesitamos saber cómo podemos apoyar a las federaciones y apoyar los campeonatos de todo el mundo", insistió sobre la brecha salarial existente.
Puede que este discurso no sea suficente para cambiar la mentalidad de muchos pero Megan Rapinoe seguirá firme en su lucha por la igualdad y este año ha ganado por goleada a Donald Trump. Millones de personas han seguido los pasos de la futbolista durante el 2019 y ya le han proclamado como icono feminista. Tal vez se haya dado un paso más hacia delante para lograr la igualdad entre ambos géneros. Y, tal vez, en el próximo año estemos aún más cerca de conseguirlo gracias a gestas como las de la estadounidense.
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