Los dos goles del turco Enes Ünal, el segundo en el tramo final, lideraron la reacción del Valladolid y acortaron la progresión del Leganés desde que a su banquillo llegó el mexicano Javier Aguirre, que se marchó del estadio José Zorrilla con un punto cuando tuvo en su mano los tres. [Narración y estadísticas: Valladolid 2-2 Leganés]
El conjunto pepinero salió con mucha intensidad, con la firme intención de tener el balón y de aprovechar todas las ocasiones, y ya en el minuto uno realizó el primer disparo a puerta, a través de Braithwaite, que desvió Masip a córner. Y justo en ese saque de esquina, Omeruo cabeceó solo, aunque lo hizo por encima del larguero.
Los madrileños habían avisado. Y en la siguiente jugada, una buena llegada de En Nesyri desde la banda izquierda, encontraba a Braithwaite para superar al guardameta del Real Valladolid y subir el primer gol al marcador de un estadio José Zorrilla prácticamente lleno.
Lo que pudo haber sido un jarro de agua fría para los vallisoletanos, se transformó en un acicate, y cuatro minutos después, Guardiola, tras una gran recepción y una internada hasta la línea de fondo, ofreció un pase milimetrado a Ünal quien, en boca de gol, no perdió la oportunidad de empatar el choque.
No hubo tiempo para celebraciones, ya que el cuadro madrileño volvía a sorprender, esta vez, desde la banda derecha, en la que Rosales ofreció el centro que, Roque Mesa, remató a bocajarro para volver a sorprender a Masip y recuperar la ventaja para su equipo, que manejaba a su antojo las bandas.
Los madrileños estaban mucho mejor organizados, y esa línea defensiva de cinco se le atragantó a los locales que, cuando subía el rival con el balón, se las veía y se las deseaba para cubrir los espacios que creaba, lo que derivó, además, en una incapacidad evidente para mostrar peligro en el plano ofensivo.
La fluidez en el juego estaba en manos de los de Javier Aguirre que, poco antes del descanso, pudieron ampliar su renta, de no ser porque Masip le ganó la batalla en el uno contra uno a Braithwaite, quien se plantó solo en boca de gol, tras superar con total descaro a la zaga blanquivioleta.
Con el 1-2 comenzó la segunda parte, con el mismo desorden en el conjunto vallisoletano que en la anterior, que Sergio González trató de corregir dando entrada a Míchel en el centro del campo y a Sandro, en busca de una mayor mordiente en ataque, con los tres delanteros del equipo.
Era necesario corregir las imprecisiones, la tensión y la falta de profundidad y, con los cambios, el Real Valladolid controló más el balón y halló ritmo en el juego, aunque no se tradujo en ocasiones claras cuando se llegaba al área pepinera. La mejor, la que tuvo Ünal con un remate de cabeza, que a punto estuvo de hallar recompensa.
La jugada se repitió pero, en este caso, el delantero turco logró cabecear a la perfección un buen centro de Salisu para empatar el choque. Un justo gol a una notoria mejoría de los vallisoletanos, tras la variación de esquemas propuesta por el técnico del cuadro blanquivioleta.
En el tiempo de prolongación, el Leganés contó con una clarísima oportunidad para haber ganado, con un primer remate, a bocajarro, de En Nesyri, que paró Masip y cuyo rechazo alcanzó a rematar Guido, pero encontró a Joaquín bajo palos para impedir la victoria visitante y dejar el resultado en tablas.