Diego Bello Lafuente, eexcanterano español del Deportivo de la Coruña, murió este miércoles a manos de la policía en la isla filipina de Siargao. El incidente que se cobró la vida del joven de 32 años se produjo dentro de una operación antidrogas.
El que fuera futbolista del conjunto gallego en las categorías de cadete y juvenil (2001-2003) residía temporalmente en Siargao, una isla situada 800 kilómetros al sureste de Manila y muy popular entre surfistas, donde tenía varios negocios relacionados con el turismo.
La policía filipina afirma que Bello era un "traficante de drogas de alto valor" que llevaba encima 10 gramos de cocaína y 30.000 pesos filipinos en billetes marcados (600 dólares) y valoró la acción como una "operación exitosa en la lucha contra las drogas".
Bello fue trasladado al hospital, donde se confirmó su muerte, según el portavoz de la Policía Regional de Surigao del Norte, Reynel Serrano. "Fue una operación en legítima defensa", apuntó Serrano, quien sostiene que Bello llevaba una pistola calibre 45 y disparó primero a los agentes.
Una vez la noticia comenzó a difundirse, el Deportivo de la Coruña emitió un mensaje en sus redes sociales en memoria de Bello, quien militó en sus categorías inferiores durante dos años y fue imagen publicitaria del club durante la campaña de abonados 2017/2018.
"Jugador cadete y juvenil de nuestra cantera entre 2001 y 2003, e imagen de la campaña 2017/2018, Diego Bello Lafuente, deportivista con todas las letras y hombre de mar, descanse en paz", espetaba el club en Twitter.
No era surfista profesional
El surfista español no era profesional de ese deporte ni estaba vinculado a la Federación Española, indicaron a EFE desde este organismo.
Tras tener noticia del suceso, desde la Federación se interesaron por la identidad del surfista, en cuyas redes sociales aparece como practicante de la modalidad de SUP (paddle surf). "No tenemos conocimiento de que sea cercano al mundo federativo", indicaron.
Silencio oficial de España
La embajada de España en Filipinas está recopilando información sobre el suceso y no ha querido hacer ningún comentario sobre el que podría ser el primer español que matan en la sangrienta guerra contra las drogas en el país asiático.
Organizaciones de derechos humanos han denunciado que la policía filipina falsifica pruebas para justificar ejecuciones extrajudiciales en la sangrienta guerra contra las drogas que comenzó hace tres años bajo el mandato de presidente Rodrigo Duterte.
Naciones Unidas y defensores de derechos humanos han criticado el clima de impunidad de la campaña antidroga en la que han muerto unas 30.000 personas, la mayoría en ejecuciones extrajudiciales a manos de la policía.
La policía ha admitido haber matado en redadas a unos 6.700 sospechosos, aunque alegan que todos ellos se resistieron al arresto.