Como ya sucediese en las finales de la Champions League de los años 2014 y 2016, Real Madrid y Atlético acabaron el tiempo reglamentario con el empate a cero luciendo en el marcador. Se fue así el partido a la prórroga entre los dos equipos de la capital y antes de que el balón echase a rodar de nuevo, hubo tiempo para descansar las piernas, para hacer piña y para las últimas directrices de los ordenadores.
Fue en los últimos instantes del tiempo reglamentario cuando se pudo ver que Koke comenzaba a ponerse muy nervioso. El centrocampista ya no podía ni sentarse y comenzó a gritar y dar órdenes a sus compañeros desde la grada. Fue con el pitido de Sánchez Martínez, indicando el final, cuando el internacional español saltó al terreno de juego.
Ya desde el césped dio ánimos a sus compañeros, también habló con alguno de ellos sobre lo que se veía desde la grada del Estadio Rey Abdullah y fue uno más cuando cuerpo técnico, jugadores que estaban jugando y los que integrantes del banquillo hicieron un círculo para la charla de Diego Pablo Simeone antes de que diese comienzo la prórroga.
Koke, KO para la final
Koke Resurreción llegó justo a la semifinal frente al Barcelona (la cual acabaron ganando los rojiblancos por 2-3). Fue suplente, pero sí que tuvo minutos ya entrada la segunda mitad del encuentro. Pero el centrocampista sintió unas molestias musculares en el muslo derecho que le impidieron estar disponible para la final ante el Real Madrid.
No será hasta el regreso del Atlético a la capital cuando se conozca más sobre el estado de Koke. Será entonces cuando le hagan más exámenes médicos al futbolista y se conozca el tiempo estimado de baja.
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