La Masía ya no es lo que era. Ha llovido desde aquel Barcelona de Guardiola copado de canteranos dominando por toda Europa. Las comparaciones son odiosas y es muy significativo que ningún jugador producto de las categorías inferiores azulgranas haya tenido continuidad sin haber debutado bajo el mandato de Pep. Sergi Roberto fue el último. Su salto oficial al primer equipo fue en 2013, pero su debut data de 2010 con el actual técnico del Manchester City al frente.
Uno de los 'peros' con los que tuvo que cargar Ernesto Valverde hasta el día de su despido fue su poca (casi nula) apuesta por los jóvenes y la cantera. Quique Setién ha de ser el encargado de reactivar la maquinaria de La Masía y su primera decisión ha sido apostar por Riqui Puig, el gran enfrentado junto a Carles Aleñá con el Txingurri por su política respecto a las perlas de la cantera azulgrana.
Los primeros minutos que tuvo Riqui Puig con Setién contra el Granada ilusionaron a la afición culé y, aunque contra el Ibiza en Copa del Rey decepcionó, el barcelonismo tiene ganas de ver más de su promesa. Junto a Ansu Fati y Carles Pérez, es la esperanza del Barça para resurgir el valor de La Masía, pero el de Matadepera ha visto las dos caras de la moneda. De la ilusión al ostracismo. Y ahora de nuevo a lo más alto.
El 'efecto Munir'
Una montaña rusa por la que han pasado muchos canteranos desde que se fue Guardiola, pero la que a ninguno ha dejado asentarse en el Barcelona. Tras Sergi Roberto ha habido un vacío absoluto de productos de la cantera que hayan tenido continuidad. El que más cerca fue Munir, que debutó en 2014 generando un efecto similar al que hoy día producen Riqui y Ansu. Incluso llegó a ir convocado con la Selección para evitar que le llamara Marruecos. Cedido al Valencia y al Alavés, su venta al Sevilla el pasado verano fue su final como azulgrana.
Aleñá, el último en irse
Más de una treintena de canteranos han debutado en las últimas ocho temporadas y ninguno con éxito, a expensas de lo que suceda con el trío actual. El más reciente fracaso es el de Aleñá, que de lo que prometía a lo que ofreció con Valverde hubo una enorme diferencia. De lo último que hizo el club con el técnico extremeño a los mandos fue cederle al Betis. Allí espera tener minutos importantes en esta segunda parte de la temporada para regresar el próximo verano a Can Barça y quedarse.
Entre los canteranos de La Masía que debutaron y pasaron al olvido hay nombres que están de actualidad, como el de Adama Traoré, una de las revelaciones de la Premier League esta temporada y que ha contado que su salida de la entidad catalana no fue en buenos términos. En Primera se encuentran varios nombres que ilusionaron en sus comienzos de azulgrana pero que sufrieron el pinchazo de la pompa y se quedaron sin hueco: Sandro, Masip, Marc Cardona, Cucurella o Arnaiz son algunos de ellos.
Denis y Rafinha, al fondo del armario
También son destacados los casos de Denis Suárez y Rafinha. Dos de los mejores futbolistas que han pasado por la cantera blaugrana -Denis llegó al 'B' en 2013 procedente del Manchester City- y que durante varias temporadas tuvieron un sitio en el primer equipo. Pero nunca les llegó el verdadero relevo y acabaron marchándose este verano al Celta, Denis de forma definitiva y Rafinha vía cesión.
El último lustro se ha convertido en un agujero negro que se ha ido tragando canteranos en el Barcelona. La mayoría surgen bajo la euforia culé ante un nuevo talento que llega desde La Masía y todos ellos acaban olvidados. Es el peligro contra el que se enfrentan Riqui Puig y Ansu Fati, para muchos los mejores jugadores que ha dado la cantera culé desde los tiempos de Guardiola. Contra el Ibiza, por cierto, jugaron junto a Sergi Roberto, quien hizo de capitán. ¿Podrán seguir sus pasos o acabarán siendo juguetes rotos?
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