El Rayo Vallecano logró el pase a los octavos de final de la Copa del Rey tras eliminar en los penaltis al Betis como colofón a una eliminatoria vibrante en la que ambos conjuntos estuvieron contra las cuerdas por momentos. [Narración y estadísticas: Rayo Vallecano 2 (4)-(2) 2 Betis]
Encararon los locales el partido con apariencia de estar más centrados en la competición liguera toda vez que Paco Jémez solo dio continuidad en el once a Catena, Advíncula y Trejo respecto al último choque frente a la Ponferradina.
De esta manera realizó hasta ocho cambios, entre ellos el de un Adrián Embarba que había ganado peso con el transcurrir de las temporadas pero que la misma mañana del encuentro se marchó al Espanyol después de ser abonada su cláusula de rescisión.
Menos rotaciones presentó el rival, cargado de buenas sensaciones después de su importante triunfo por 3-0 ante la Real Sociedad y dispuesto a no dejarse sorprender en un torneo donde sus esperanzas habían crecido con el transcurrir de las eliminatorias.
Los apriorismos, sin embargo, no quedó reflejada en el verde ya que el Rayo fue viendo con el paso de los minutos que podía hacer daño y comenzó a creer. Si bien es cierto que el primer aviso lo dio Bartra, con un cabezazo que pasó cerca del palo, a partir de ese momento el dominio tornó en local.
El primero que se atrevió a probar fue Advíncula, pero su disparo desde la frontal no encontró los tres palos. Más claras fueron las de Leo Ulloa, al que le faltaron centímetros para rematar en posición franca un servicio desde la derecha de Trejo, y la de Montiel, que la mandó por encima del larguero tras materializarse desde segunda línea.
Al final de tanto buscarlo llegó el premio para el anfitrión a la vuelta de los vestuarios gracias al tanto anotado por Catena, quien remató casi agarrado del palo un córner sacado por Montiel que se fue cerrando en su trayectoria.
La respuesta bética fue inmediata, con tres ocasiones sucesivas. Guardado tuvo la inicial de la serie merced a un golpeo repelido por Morro. El arquero estuvo también muy acertado para negarle el tanto a Fekir poco después. Y entre medias Bartra mandó a las nubes un balón muerto en el corazón del área posterior a un saque de esquina.
La entrada de Joaquín, clave
Para evitar que la reacción fuese efervescente, desde el banquillo salieron dos jugadores eléctricos como Tello y Joaquín. En un principio la receta pareció no funcionar pero, casi en la agonía y con el miedo en el cuerpo, el segundo culminó una excelente asistencia de Borja Iglesias para poner la igualada.
A partir de ahí, locura hasta el noventa con una clara por bando. Catena acarició el doblete con un testarazo sin oposición que levantó a la grada. Y en el área opuesta quien estuvo a punto de cantar gol fue Loren por medio de un tiro que pegó en el palo.
La ausencia de acierto desencadenó la prórroga y ahí el citado Loren pudo desquitarse de la que había tenido con antelación. Lo hizo a lo grande, casi desde el suelo y dándole un efecto imposible al balón para ponerlo lejos del alcance del cancerbero.
Pudo incluso el delantero ampliar su renta antes del pitido inicial cuando vio al portero adelantado y le pegó desde lejos, pero la pelota salió por la línea de fondo. Tampoco sentenciaron Aleñá y Joaquín en sendos mano a mano, con el contrario volcado en busca del empate.
Lo acabarían echando de menos ya que en una de las últimas acciones del choque, un saque de banda de Advíncula lo recogió Álvaro antes de central para el remate a placer de Andrés. Ya en los penaltis los fallos de Joaquín y Tello ajusticiaron a los béticos y le dieron el pase al bando local.