El 'estilo Setién' sigue sin convencer. El entrenador cántabro no da con la tecla tras sus tres primeros partidos en el banquillo del Barcelona y las dudas en torno a su figura y si era el entrenador ideal para el conjunto azulgrana van creciendo poco a poco. Todo eso se suma al debate de si dejar de contar con Ernesto Valverde a mediados de temporada fue una decisión acertada.
La etapa de Ernesto Valverde llegó a su fin el pasado 13 de enero tras el empate en Liga ante el Espanyol y la derrota ante el Atlético de Madrid en la Supercopa de España. Tras un inicio de temporada bastante dubitativo, especialmente lejos del Camp Nou, la directiva culé decidió prescindir de un entrenador que dejaba el Barcelona tras ganar dos Ligas, una Copa del Rey, una Supercopa de España, clasificado para los octavos de final de la Champions League 2019/2020 y lider de La Liga junto con el Real Madrid.
Con todo ello, Quique Setién fue su sustituto cumpliendo así su sueño de hace unos años de entrenar al cuadro culé junto a Leo Messi. El cántabro se convirtió así en el décimo segundo técnico del equipo catalán en esta década, firmando hasta el 30 de junio de 2022.
Después de pasar por los banquillos de Racing de Santander, Poli Ejido, Logroñés, Lugo, Las Palmas y Real Betis, el preparador asumió su primer gran reto de su trayectoria tras ser destituido a final de la temporada pasada del conjunto bético.
Con el conjunto verdiblanco consiguió llegar a las semifinales de la pasada edición de la Copa del Rey y cayó ante el Rennes en los dieciseisavos de final de la Europa League.
Mucha posesión, pero poco juego y mejoría
La decisión de echar a Valverde y fichar a Setién tenía un único objetivo: cambiar la dinámica culé y mejorar el juego azulgrana. A pesar de las dos victorias, la realidad es que el entrenador cántabro ha empeorado al extremeño.
El Barcelona se impuso por la mínima y con polémica al Granada en el debut de Quique Setién en el banquillo azulgrana gracias a un tanto de Messi. El equipo culé dominó de principio a fin, pero sin tener grandes ocasiones de gol.
El cuadro culé tuvo el 82,6% de la posesión del balón, una cifra altísima e histórica. Fue la tercera más alta en un partido de La Liga, al menos desde la temporada 2005/2006, según datos de Opta. Los otros dos porcentajes superiores llevaron la firma de Pep Guardiola, también en el Barça en el año 2011: contra el Levante alcanzó un 83,9% y contra el Racing de Satander, un 84%. Además, el Barcelona dio 1.005 pases.
En su debut, Setién se convirtió, pues, en el segundo entrenador con más posesión del fútbol español en un partido. Además, Busquets dio más pases que todo el Granada junto durante los noventa minutos. A pesar de ello y del dominio culé, al juego del Barcelona le faltó profunidad para que fuese más peligroso.
Ante el Ibiza, Barcelona acabó sumando 718 pases y cerró el encuentro con un 78% de posesión. Sus registros ofensivos se quedaron en tres remates a puerta, dos de ellos en los goles de Griezmann que salvaron al Barcelona de caer ante un Segunda B.
Primera derrota de Setién
Tras rozar las derrotas ante Granada e Ibiza, a la tercera fue la vencida. 74% de posesión y 867 pases ante el Valencia. En esta ocasión, hubo más ocasiones que en los dos partidos anteriores, pero el resultado fue incluso peor.
Con Pep Guardiola se ganaron muchos títulos, la posesión funcionó, pero tal vez sea el momento de que el Barcelona dejé de pensar que ese momento se volverá a repetir para encontrar un nuevo camino y reinventarse.
Por el momento, el liderato podría caer únicamente en manos del Real Madrid si consigue empatar o ganar ante el Valladolid. El Barcelona sufrió su cuarta derrota en Liga, la primera de Setién que, pese a acabar de llegar, ya está puesto en duda por un estilo que ni vence, ni convence.
Messi y diez más
Como ha quedado demostrado en estos tres partidos, la vía del pase no da la felicidad y más en los tiempos que corren. La dio en su día, con Guardiola, Xavi, Iniesta, Alves... y por supuesto con Messi. Pero ahora la cosa es bien distinta.
Ante el Ibiza, el argentino no estuvo y lo acabó notando el Barcelona. Ante el Granada fue él quien anotó el único gol del choque y ante el Valencia fue al único jugador del Barcelona que se le vió. De sus botas nacieron las mejores ocasiones de su equipo, pero él solo no pudo ante el cuadro de Celades.
La necesidad de un delantero
Tras la lesión de Luis Suárez, el Barcelona ha visto la necesidad de acudir al mercado de invierno para poder fichar un jugador de garantías que pueda suplir los goles del uruguayo.
Antes de lesionarse, el charrua había jugado un total de 23 partidos, anotando 14 goles. Tras ello y tener que someterse a una operación de rodilla que le mantendrá varios meses lejos de los terrenos de juego, el Barcelona ha notado su ausencia tras marcar tan solo tres goles en tres partidos, una cifra bastante baja para lo que nos tiene acostumbrados el cuadro catalán.
El problema defensivo
El problema en la defensa viene desde inicio de temporada. Ni Valverde, ni de momento Setién han encontrado solución a ello. Piqué y Lenglet es la pareja titular, pero ambos no atraviesan por un buen momento de forma, por lo que Umtiti ha tenido protagonismo en los últimos partidos, pero con más pena que gloria.
En Liga, el Barcelona es el equipo que más goles ha recibido de los cuatro primeros -un total de 25-. Conjuntos como el Real Madrid, el Atlético, el Sevilla, el Getafe, el Athletic, el Valladolid han visto como han encajado menos tantos, lo que demuestra un problema evidente en la defensa que, de no ser por Ter Stegen, el cuadro azulgrana hubiese podido encajar bastantes más goles.
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