Un gol de Carlos Soler decidió este sábado a favor del Valencia (1-0) un encuentro igualado que el Celta controló hasta el descanso y en el que los locales fueron más incisivos en la segunda mitad. [Narración y estadísticas: Valencia 1-0 Celta]
Fue después de que el Celta retirara a un central para buscar la victoria cuando el Valencia abrió el marcador en una jugada colectiva que finalmente le dio la victoria, en un choque en el que su rival buscó el gol del empate con insistencia en los últimos minutos.
Aunque la primera jugada de peligro se produjo en el área del Celta y fue bien resuelta por Rubén Blanco, la iniciativa durante la primera parte correspondió al equipo gallego, que manejó el balón en el centro del campo con soltura y movilidad.
El Valencia permanecía agazapado en su parcela, a la espera de encontrar opciones a la contra, pero la defensa con tres centrales de su rival le impedía acercarse a la meta rival.
Sin embargo, pese a la superior posesión de balón, el equipo de Óscar García Junyent no encontraba la forma de crear peligro ante la meta de Jaume Doménech.
La mayoría de sus ataques morían al borde del área cuando el balón era recuperado por el Valencia, aunque el equipo local no era capaz de armar contras que generaran peligro.
Sólo hubo en la primera mitad una segunda ocasión para los valencianistas en un pase de Garay al debutante Florenzi, quien disparó desde lejos y obligó nuevamente a lucirse a Rubén Blanco.
El encuentro llegó a su ecuador con la lesión de Garay y sin que se vivieran situaciones de peligro ante las porterías, salvo en una llegada que el Celta desaprovechó. El 0-0 reflejaba lo visto hasta entonces.
El Valencia salió mucho más incisivo tras el descanso y puso cerco a la meta de Celta, pero la primera opción de gol fue para su rival en una falta lanzada por Aspas que Parejo salvó de cabeza en la línea de gol.
El partido fue más dinámico, con llegadas alternas ante ambas porterías, puesto que el equipo de Albert Celades se mostraba más ofensivo, lo que dejaba espacios para el contragolpe del conjunto visitante, que dispuso de las opciones para marcar que no había tenido hasta el descanso.
El problema del equipo local estaba en lo poco que le duraba el balón, lo que daba posibilidades a su rival, muy ordenado en defensa y sobre todo por medio de Iago Aspas, de acercarse con superioridad a la meta del Valencia.
La entrada de Sisto en el Celta a veinte minutos del final varió la disposición defensiva de su equipo, que mostró sus intenciones de conformarse con el empate.
A partir de entonces, el Valencia pasó a jugar más cerca de la meta del conjunto gallego y una acción por la izquierda acabó con un balón que cayó ante Soler, que abrió el marcador a doce minutos del final.
Tras el gol, el Celta trató de buscar el empate con ahínco y se aproximó en alguna ocasión con cierto peligro ante un Valencia aplicado en defensa que perdió más balones de lo habitual, pero que mantuvo la ventaja hasta el final.