El Fútbol Club Barcelona continúa preso en una espiral de autodestrucción desde que perdió la semifinal de la Supercopa de España ante el Atlético de Madrid. Aquella derrota precipitó el despido de Ernesto Valverde como entrenador y el posterior fichaje de Quique Setién.
En medio, una negociación pública con Xavi antes incluso de formalizar el adiós del técnico extremeño. Finalmente, la oferta no convenció al exjugador y el Barça, en un callejón sin salida, se debatió entre Setién y García Pimienta, entrenador del filial.
Esa pugna cayó del lado del ex del Betis, pero el esperpento no terminó ahí. Tras la lesión de Luis Suárez, el Barça se lanzó al fichaje de un '9' que no terminó llegando. Ni Rodrigo, ni Loren, ni Tadic, ni Bakambu. No había dinero y ningún club aceptó las ofertas de la entidad presidida por Josep Maria Bartomeu.
Sin embargo, el esperpento no había terminado. La guerra definitiva estalló en Can Barça con una entrevista a Abidal en el diario Sport. El secretario técnico puso el foco en los jugadores y eso no sentó bien a Lionel Messi. El argentino respondió con dureza a su excompañero de vestuario y se montó el quilombo.
Este miércoles ha sido un día muy movido en las oficinas del Fútbol Club Barcelona. Llamadas, reuniones y Bartomeu atrapado entre dos bandos. El presidente intentó mediar entre Messi y Abidal para salvar la situación un día antes de jugar los cuartos de final de la Copa del Rey ante el Athletic.
Finalmente, Bartomeu logró salvar a Abidal aunque el francés ya está sentenciado. Tarde o temprano acabará cayendo. Messi no tiene feeling con la directiva y se cobrará la cabeza del secretario técnico como muy tarde cuando acabe la temporada.
El máximo dirigente azulgrana quiso evitar un cisma mayor y mantiene a Abidal solo por imagen en un principio de año negro para el Barcelona. Solo por imagen. Ese es el único motivo por el que el exfutbolista sigue siendo secretario técnico a estas horas.
La falta de conexión entre Messi y la directiva se evidenció el pasado verano. El crack quería a Neymar de regreso y el Barça fichó a Griezmann. De esos polvos estos lodos. El posterior intento por el brasileño en agosto no fue más que un gesto de cara a la galería para contentar al '10'.
Messi cree que Bartomeu no tiene en cuenta su opinión y que encima algunos medios de comunicación le acusan de haber sido culpable del cese de Valverde. Y no es así. De hecho, el argentino encabezaba el clan que quería continuar con el extremeño hasta final de campaña.
Sin embargo, Bartomeu se acercó más al grupo de los que apostaban por Xavi. Este bando, liderado por Sergio Busquets, fue el que también dio el visto bueno a Quique Setién. Messi no olvida y en Barcelona tiemblan los cimientos del Camp Nou debido a la cláusula del contrato del actual Balón de Oro por la cual sería libre a final de temporada de decidir su futuro.
Esta batalla entre Messi y Abidal la ganará el argentino. A Bartomeu solo le resta poco más de un año de mandato y no quiere verse obligado a convocar elecciones anticipadas. Lo cierto es que en el Barcelona empieza a preocupar la herencia que dejara el actual presidente: sin dinero y con el proyecto deportivo más que comprometido.
Bartomeu concederá a Messi la cabeza de Abidal más adelante y mientras se encomienda a Setién para ganar algo y evitar que tenga que marcharse del Barcelona por la puerta de atrás. Messi ganará la guerra, pero todavía quedan batallas por librar en un club que ahora mismo es un polvorín.
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