Nunca hay que dar por muerto a este Atlético cuando el Metropolitano de las mejores noches le empuja. El ambiente del estadio, un gran planteamiento del Cholo y la fortuna en el único gol del partido le hicieron superar al Liverpool por 1-0 y llegarán a la vuelta en una situación que ningún pronóstico imaginaba. [Narración y estadísticas: Atlético 1-0 Liverpool]
Los rojiblancos resucitaron en su estadio haciendo que los reds estuvieran incómodos durante todo el encuentro. El Cholo le entregó la posesión a Klopp y no supo poner en grandes apuros ni a la defensa ni a Oblak. Saúl, en el siete, hizo el único tanto del partido y devolvió las constantes vitales a una afición rojiblanca que vuelve a creer en su equipo.
Sobre todo desactivó a ese tridente tan temible que conforman Salah, Mané y Firmino. Solo el egipcio consiguió perturbar con dos tímidos alaridos a los rojiblancos. Los otros dos estuvieron tan desaparecidos que uno fue sustituido en el descanso y el otro solo apareció un rato en la segunda parte.
El arranque del Metropolitano
Ambiente de Champions en el Metropolitano desde el inicio del partido que contagió al equipo. 'Cholina' en vena, el Atlético de Madrid salió desmelenado y sorprendió al Liverpool en la primera ocasión que tuvo. Koke puso el único córner del partido hasta ese momento y, en un lío en el área, Saúl Ñíguez la cazó y marcó el primero del encuentro. Jurgen Klopp se quedaba cariacontecido con lo que acababa de pasar. El estadio enloquecía con la salida de su equipo, era lo que necesitaba para llevar en volandas a su equipo.
Los rojiblancos quisieron darle continuidad a este buen arranque y le filtraban un gran pase al espacio a Ángel Correa para plantarse solo delante de Alisson, algo escorado hacia la izquierda. Pero el linier levantó el banderín y anuló la ocasión. El planteamiento del Cholo dejando al Liverpool desde el momento del gol la iniciativa con el balón funcionaba porque los ingleses no estaban cómodos. Los ingleses protestaron una mano de Lodi en el área, pero el árbitro no la revisó en el VAR.
Mediada la primera parte, Oblak cometió un error de los que no nos tiene acostumbrados. Le regaló un pase a Salah que lo dejaba solo, pero un mal control llevaría el balón hacia un Firmino que estaba en fuera de juego y que anulaba el posterior gol que marcaría el egipcio. Lejos de venirse abajo, los colchoneros volvieron a reaccionar. Álvaro Morata aprovechó un mal despeje de Van Dijk y, tras un buen recorte, solo una buena intervención de Alisson impidió el segundo de los rojiblancos.
Los ingleses seguían insistiendo por la banda izquierda aprovechando la aparente debilidad de Sime Vrsaljko. Por allí llegó Mané a encararle para filtrar un buen balón hacia Salah que envió un potente disparo que desvió Felipe de forma providencial. Acabaría la primera parte el Atlético de Madrid en su campo debido al empuje del Liverpool.
En cualquier caso, más allá de ese fallo de Oblak, los locales no sufrieron el empuje del temible equipo que se preveía hasta el punto de que el esloveno no tuvo que hacer ninguna intervención. Antes de que Marciniak pitase el descanso, los rojiblancos pidieron la segunda tarjeta de Mané por golpear con su brazo a Vrsaljko, pero el colegiado no tomó la decisión de expulsar al senegalés.
Resistencia al estilo Cholo
Juego de ajedrez al inicio de la segunda parte entre Simeone y Klopp. El argentino metió a Marcos Llorente, uno de los que se intuía titulares, y retiró a Thomas Lemar. Por su parte, el alemán cambió al jugador que estuvo involucrado en esa última jugada de la primera parte e introdujo al héroe de su más famosa remontada, Divock Origi, para buscar un gol que nivelase la eliminatoria.
Y ese gol estuvo a punto de llegar con un gran centro de Joe Gomez templado al área que remató de cabeza Salah a la derecha de la portería de Oblak. Siguió apretando el conjunto red que empezaba a encontrar un poco más a un Firmino bastante desaparecido en la primera parte. La realidad es que los pupilos de Klopp pisaban tímidamente el área sin infligir demasiado daño a los colchoneros.
Mientras, Renan Lodi estaba confirmando su gran partido. El brasileño, lejos de la polémica, fue el mejor del encuentro. Alexander-Arnold no llegó prácticamente a la línea de fondo, fue la principal vía por la que los rojiblancos salieron a la contra cuando anulaban los ataques del Liverpool y se atrevió a encarar a la defensa en varios ataques. El lateral dio aire a los de Simeone y el Cholo sale reforzado con la decisión de colocarle en vez de poner a Saúl como solía hacer en los partidos grandes.
Morata pudo sentenciar la eliminatoria, pero volvió a hacer una de las suyas. Se trastabilló con el balón cuando embocaba la portería de Alisson y perdió la posesión. Los rojiblancos aguantaron la presión de los minutos finales y viajarán a Anfield en una situación que ni en sus mejores sueños esperaban. La salida de Diego Costa, que volvía después de 100 días sin vestirse de corto, terminó de alentar a una grada que volvió a disfrutar de una noche histórica en el Metropolitano.