El Barça regresó en San Paolo a su versión más gris. Solo Griezmann salvó un resultado peor para la vuelta del Camp Nou y el equipo de Quique Setién se fue de Nápoles con un empate a uno que, para cómo fue el partido, fue un gran premio. [Narración y estadísticas: Nápoles 1-1 Barça]
Los napolitanos estuvieron mejor plantados sobre el césped los noventa minutos. Solo un error de marca en la defensa permitió el empate blaugrana, pero los de Gennaro Gattuso pudieron ampliar su ventaja en el marcador en varias ocasiones. Tuvieron las más claras del partido en un encuentro con ciertos tintes de soporífero y en el que monopolizar la posesión no le sirvió de nada al Barça.
Mertens aprovecha una contra
Leo Messi se echaba el equipo a sus espaldas desde el primer minuto del partido. El argentino la buscaba en la frontal pero su disparo se marchó alto. El dominio del balón era claramente del Barça, pero siempre rozando el pasivo si esto fuera balonmano y sin crear peligro. Mientras, el Nápoles trataba de salir a la contra y en una ocasión estuvo a punto de sorprender al equipo de Quique Setién a través de Callejón, pero el colegiado levantó el banderín señalando fuera de juego.
Ante esta poca capacidad de los jugadores del Barça para crear peligro, el cuadro napolitano consiguió su premio a la contra. Un error de Junior Firpo permitió a Zielinski llegar hasta el área para ponérsela a la llegada desde la banda izquierda de Dries Mertens que se sacó un derechazo a la escuadra inapelable para Ter Stegen. Los de Gennaro Gattuso se ponían por delante en el marcador y sorprendían a los culés.
El equipo de Setién seguía monopolizando la posesión, pero no proponía nada ofensivamente. Lo más cerca que estuvo de la portería de Ospina durante toda la primera parte fue un centro-chut de Arturo Vidal que acabó en las manos del portero colombiano. La defensa napolitana solo tuvo que intervenir para despejar balones porque Messi solo tuvo una oportunidad para conducir cerca del área y Manolas se la quitó con mucha facilidad.
El central, la bestia negra de Roma, volvió a erigirse ante el Barça a la salida de un córner después de un centro de Callejón. El griego remató con el pie pero envió el balón fuera. A muchos se le aparecieron unos fantasmas que no han terminado de desaparecer en la plantilla azulgrana. El miedo a perder el balón hacía que el equipo no se atreviera a combinar hacia adelante. Y ese temor estaba atenazando a los culés.
Griezmann arregla el desastre
Aunque no parecía haber cambiado nada en cuanto al planteamiento el Barça en el inicio de la segunda parte, un error de Maksimovic perdiendo la marca devolvería las tablas en el marcador. Un gran balón de Messi a Nelson Semedo lo aprovechaba el portugués para ponerla al área pequeña y que Griezmann marcase a placer. El francés volvía a aparecer para salvar al equipo blaugrana cuando peor lo estaba pasando.
Aún así hubo espacio para la reacción napolitana. Primero Lorenzo Insigne se fue de dos jugadores del Barça para plantarse en el área culé, pero su disparo fue muy centrado y no perturbó a Ter Stegen que atrapó con facilidad. Después si que tuvo que aparecer el alemán para desviar un tiro de Callejón que embocaba la portería después de quedarse solo en la frontal del área.
Aunque el resultado no es malo, Setién afrontará dos problemas en la vuelta. Sergio Busquets vio una amarilla que le apeará del encuentro de vuelta porque estaba apercibido. Por si fuera poco esta pérdida, Arturo Vidal perdió los papeles. Hizo un entradón, vio una amarilla, se encaró con Mario Rui y vio la segunda. Otra baja. Y en los minutos finales, Gerard Piqué se lesionó su tobillo izquierdo y tuvo que abandonar el partido.