El coronavirus ha irrumpido en la panorama internacional como una auténtica bomba ya que está afectando y condicionando el día a día de muchos ciudadanos. Incluso está acusando una verdadera histeria en muchos países. La crisis también ha llegado al fútbol al haberse celebrado numerosos encuentros a puerta cerrada en Italia.
Pep Guardiola fue preguntado sobre ello en la rueda de prensa previa el choque ante el Aston Villa en la final de la Carabao Cup. "¿Están tomando algunas medidas especiales en los entrenamientos? Nos damos la mano", aseguró entre risas el entrenador del Manchester City.
También le cuestionaron si se dan abrazos a lo que contestó en tono humorístico: "¿Abrazos? Si, me encanta abrazar. No como Jürgen, es un maestro en ello. Pero lo intento". Guardiola respondió a preguntas sobre los cambios que realizó en la victoria ante el Real Madrid en la Champions League.
"Creo que os equivocáis. La línea entre ganar y perder es muy fina. Olvidaos de mis cambios, muchas veces han sido un desastre. El miércoles funcionó, pero da igual. A veces no ganas porque el margen en esta competición es muy pequeño. Si Sergio Ramos despeja el balón y marcan el segundo, el entrenador del City hubiera sido un desastre y Zidane perfecto. Los pequeños detalles hacen la diferencia. Muchas veces he hecho un cambio y no ha funcionado", explicó.
La clave: mantener la calma
Sin embargo, el técnico reconoció que "no está terminado" ya que siempre ha pensado que es muy difícil derrotar a los grandes equipos, pero "es mucho más difícil derrotarles dos veces". "Los grandes pueden perder un partido, ¿pero dos seguidos? No sucede con frecuencia", agregó.
Sobre la euforia tras el triunfo, afirmó que necesitan "mantener la calma como equipo" porque saben que aún no está hecho. "La vuelta es en tres semanas, y antes tenemos la final del domingo, y luego el Sheffield Wednesday en la FA Cup antes de volver a la Premier League. Tenemos que estar concentrados", indicó.
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