La primera parte del partido que enfrentó al Atlético de Madrid y al Sevilla en el Wanda Metropolitano estuvo marcada por la polémica. Dos acciones que acabaron en gol desde el punto de penalti tuvieron que ser revisadas antes en el VAR. Dos acciones en las que el colegiado Hernández Hernández tuvo que acudir al monitor para acabar señalando las penas máximas.
Todo empezó en el área del Sevilla, donde el Atleti reclamó una posible mano de Diego Carlos y una patada de Gudelj a Joao Félix. Las dos acciones dejaban dudas, pero tras revisar la jugada en el monitor, el árbitro acabó penalizando la mano del central brasileño y le mostró amarilla.
El Sevilla protestó y es que al no ser un error flagrante, hay dudas de si el VAR debía haber intervenido. Morata hizo en ese momento el 1-1, poniendo las tablas tras el tempranero gol de De Jong.
Pocos minutos después, la polémica se trasladó al área del Atleti, donde Trippier derribó a Ocampos tras una patada por detrás. Hernández Hernández tuvo que pasar otra vez por el monitor del VAR para rectificar su decisión y acabar pitando penalti.
El propio Ocampos se encargó de convertirlo y poner el 2-2. Antes Joao Felix había puesto con ventaja a su equipo.
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