Daniel Carriço abandonó el Sánchez Pizjuán hace tan solo unas semanas para poner rumbo a China. El defensa firmó por el Wuhan Zall después de que las conversaciones para su renovación llegaran a un punto de no retorno y pese a que Julen Lopetegui quería poder seguir contando con él.
El Sevilla tan solo le ofrecía una temporada, mientras que el pedía dos campañas para plasmar su rubrica en el nuevo contrato: "Estaba a punto de renovar pero finalmente no hubo acuerdo, algo que es normal en el fútbol. El Sevilla me ofreció un año. No tengo nada malo que decir de Lopetegui, incluso transmitió al club que quería que me quedara porque era importante para él y para el equipo".
En una entrevista concedida al diario portugués Tribuna Expresso, Carriço ha confesado que después de siete temporadas jugando en el Sevilla hay algunas costumbres españolas que no puede abandonar: "El español come alrededor de las cuatro de la tarde y las tostadas en lugar de untar mantequilla son con aceite y jamón. Eso será para toda la vida".
El beso más comentado
Uno de los capítulos que dio más que hablar hace unos años fue un beso que se dieron Rakitic y el propio Carriço durante la celebración de la Europa League conquistada en Turín allá por el año 2014.
"Tengo mi sexualidad muy bien definida. Ninguno de los dos nos acordamos. Después de 120 minutos de partido y unos penaltis la celebración fue una explosión", ha comentado un Carriço que también habló al mismo tiempo de ese título, el más especial de su carrera: "Emery me marcó por el entrenador y la persona que es. Ganar una final al Benfica habiendo eliminado antes al Oporto... fue un título muy especial por todo".
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