La Bundesliga mantendrá una reunión el próximo 23 de abril, después de haber aplazado la cumbre que debía tener lugar esta semana, para decidir qué pasará tanto con la primera como la segunda división del fútbol germano. Antes de eso, la DFL quería tener constancia de las directrices ordenadas por el gobierno.
Pues bien, la canciller Angela Merkel se ha reunido con los primeros ministros de los estados federados de Alemania, juntos han trazado un plan para una paulatina vuelta a la normalidad. Pero esto no engloba a los eventos de masas, entre los que se encuentran incluidos los partidos de fútbol.
Merkel ha asegurado que todos estos seguirán prohibidos hasta como mínimo el 31 de agosto. Esto no solo afectará al posible final de la presente campaña, sino también a la próxima, ya que el escenario de qué puede pasar en los próximos meses está en el aire.
Alemania, al contrario de lo que ha sucedido en otros países europeos, ha llevado a cabo una política de llevar a cabo el máximo número de test posibles a la población. Esto es visto como el motivo principal de que la tasa de mortalidad en el país germano sea tan baja -3.500 fallecidos por 133.000 infectados-. "Nuestro objetivo tiene que ser descifrar cadenas de infección", sentenció Merkel.
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