El fútbol en España queda un poco más huérfano desde este martes tras la muerte de Michael Robinson (Leicester, 12 de julio de 1958 - Marbella, 28 de abril de 2020). Futbolista inglés, que se dejó la piel en Osasuna, en nuestro país le conocimos sobre todo cuando dio el salto ante las cámaras de televisión y se convirtió en comentarista. Su voz ha marcado a muchas generaciones y ha dejado infinitas frases para el recuerdo.
Robinson siempre se tomó en broma su 'primera vez' en España. "Lo único que sabía hacer era rematar de cabeza y decir "hola", "adiós", "cerveza" y contar hasta cinco", reconocía el pasado septiembre a EL ESPAÑOL en una entrevista. "He conseguido no hablar bien ninguno de los dos idiomas", llegó a decir en otra ocasión sobre su gran particularidad: expresarse en español con ese acento inglés tan suyo.
"Soy muy afortunado: tengo 52 años y nunca he dado un palo al agua", reconoció años atrás sobre su carrera. "Cuando me pidieron en la final de la Copa de Europa que lanzara un penalti yo pensaba en mis padres que en mi casa estarían diciendo... mi hijo la va a cagar".
Con su carisma por bandera, su despedida de Osasuna estuvo a la altura de su figura: "Le dije al presidente de Osasuna que se quedara con la 'pasta' y yo con la dignidad", reconoció también a este diario.
"La bebida está muy estigmatizada. Yo tenía fama de bebedor cuando jugaba. Pero nunca tomaba alcohol 54 horas antes de un partido. Aunque es verdad que no recuerdo muy bien todos los lunes de mi vida", fue otra de las grandes y divertidas frases que dejó durante su trayectoria.
El salto a los micrófonos lo dio con miedo pero acabó siendo un éxito: "Mi trabajo al principio consistía en "subir hasta arriba del trampolín, agarrarme la nariz y tirarme". Cuando salía mal no quería enfrentarme a España con esa mierda que acababa de hacer el lunes pasado", dijo sobre sus comienzos en El Día Después.
"Si en un partido apenas hablo, es porque no tengo nada que decir, joder. Yo hablo cuando tengo algo que decir y me gusta sentirme el responsable de mis propios fracasos y éxitos", se sinceraba en EL ESPAÑOL.
También se tomó siempre con humor las críticas: "Carlos y yo vemos el Twitter al volver al hotel, y nos dan cada hostia... nunca coincide quién es el culé o el merengue, solo en que no tenemos ni puta idea. Yo soy del Liverpool", decía.
Pero si algo marcaba en Robinson era su forma de tomarse la vida hasta el último de sus días. El cáncer que se lo ha llevado le fue diagnosticado en 2018, pero aquello no acabó con sus ganas de vivir: "El cáncer puede que me mate, pero lo que no va a hacer es matarme todos los días" o "Tengo 60 años y he vivido en Disneylandia", fueron algunas de sus frases más motivadoras.
En EL ESPAÑOL dejó una frase que le definirá por siempre: "No quiero vivir sintiendo que tengo una sentencia de muerte y, como tengo una vida, pienso en vivirla". Ahora, el fútbol español ("el más bonito, pero quizá sea de los más tramposos", como dijo aluna vez) le despide por todo lo alto. Su voz quedará para siempre en el recuerdo.
[Más información: Muere Michael Robinson, futbolista y comentarista de televisión, a los 61 años]