Este lunes era el día señalado por el Oporto para volver a sus entrenamientos tras el parón obligado por la crisis del coronavirus. Levantado el estado de alarma en Portugal -y pasando al estado de calamidad-, el país ha pasado a su nueva normalidad en la que se deberán seguir evitando los riesgos de contagio.
Sin embargo, los ultras del Oporto se han saltado las medidas de distanciamiento social para animar a su equipo en su primer día en la vuelta al trabajo. Decenas de aficionados acudieron a la ciudad deportiva portando bengalas y muchos de ellos con mascarillas, pero sin respetar la distancia entre unos y otros.
El deporte vuelve en Portugal. El presidente del Comité Olímpico Portugués (COP), José Manuel Constantino, señaló el pasado martes que el regreso a las competiciones deportivas en Portugal podrá ser diferente en cada modalidad, en función del grado de riesgo de cada una.
Constantino consideró que los deportes colectivos y en los que hay contacto físico presentan una situación "extremadamente compleja", por lo el regreso a estas competiciones será más complicado, dijo en declaraciones a la prensa tras una reunión con el primer ministro luso, António Costa.
El Gobierno de Costa manifestó "voluntad para encontrar soluciones posibles para la retoma de las actividades deportivas", aseguró el presidente del COP. Costa recibió a representantes del mundo del deporte para evaluar cómo podrá ser el regreso a la actividad deportiva.
El primer ministro también se reunión con el presidente de la Federación Portuguesa de Fútbol (FPF), Fernando Gomes, que señaló a la salida que el regreso del fútbol luso será decidido en los próximos días. También estuvieron reunidos con Costa el presidente del Benfica, Luís Filipe Vieira; del Oporto, Jorge Nuno Pinto da Costa, y del Sporting, Frederico Varandas.