Ana lleva más de 20 años trabajando en una tienda oficial del Athletic. El viernes, el mismo día que Aritz Aduriz relataba ante la prensa los motivos de su retirada, fue muy especial. El club sacó una promoción de camisetas con la serigrafía gratis a la espalda del número 20 y su nombre "y fue un no parar", dice.
Con pedigrí Athletic (padre, hermano, marido y sobrinos socios del club) Ana enfatiza que "sin duda" la camiseta que más ha vendido desde siempre es la del jugador al que su cuerpo le ha enviado mensajes inequívocos de que debía retirarse.
Antes fueron otros ídolos de San Mamés como Julen Guerrero o Joseba Etxebarria las referencias del merchandising como ahora lo es Iñaki Williams. Pero lo de Aduriz se ha prolongado en el tiempo a la par que su carrera deportiva.
"Vienen muchos mexicanos pidiendo su camiseta, pero también de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania o Italia". Hubo un argentino que reclamó, e incluso exigió, una camiseta con la frase "Aduriz es el p. amo". Le sonaba porque "lo había oído por ahí que existían". Se desilusionó al no encontrarla.
Cuando a una niña o a un niño del Athletic le regalan su primer balón de fútbol, la fábrica de sueños se pone en marcha. De repente se imaginan jugando en San Mamés. Último minuto de un partido contra un rival que tiene al mejor jugador del mundo. Ve venir el balón por el aire y el único modo de rematarlo es de chilena. Lo siguiente es oír a todo un estadio enloquecido gritando tu nombre.
Fábrica de sueños
Una vez que la fábrica de sueños arranca ya no hay quien la pare. La niña emprende una carrera corta dentro del área para desmarcarse y da un salto espectacular. Para adornar la jugada marca los tres tiempos y cabecea con violencia desde el punto de penalti.
Todo está saliendo perfecto. Falta el detalle de que el balón entre por la escuadra. Para rizar el rizo el portero, que ha sido campeón de Europa y del Mundo, hace una estirada de esas que gusta inmortalizar a los fotógrafos que resulta inútil. El Athletic vuelve a ganar.
Como soñar no cuesta dinero también sobrevuela por su cabeza la idea de meter un hat trick en un partido a su eterno rival en su propio estadio y, ¿por qué no?, lograr cinco goles en noventa minutos en una competición europea.
Como la fábrica de los sueños tarda en cerrar, aún le da tiempo a meter más datos en el apartado de experiencia profesional de su currículum imaginario. Y claro, no podía faltar lo de subirse a una gabarra que alguien le ha contado que existe.
Solo faltó la gabarra
Al abrir los ojos y buscar en Google a alguien que tenga sus mismos sueños le aparece el nombre de Aritz Aduriz con la reseña de gabarra (aún) tachada. Todo lo demás está.
La chilena a sus 38 años contra el Barça de Messi, el cabezazo que tuvo como víctima a Iker Casillas, el hat trick a la Real Sociedad que se produjo en Anoeta y el repóquer de goles frente Genk belga que tuvo como testigo a toda la parroquia rojiblanca de San Mamés. El Covid-19 ha retrasado sine die la posibilidad de que Google deje de tachar la palabra gabarra, así que ese pequeño detalle forma parte aún del sueño.
Hay jugadores que con solo un buen partido contra un rival de renombre ya se les impone la etiqueta de mitos a los 20 años. Son ungidos como héroes. Otros tardan dos décadas en forjarse una leyenda. Son un grupo de elegidos a quienes poco importa exhibir sus defectos o imperfecciones. Lo que significa Aduriz para los seguidores rojiblancos viene recogido en la Adurizpedia, una especia de enciclopedia virtual donde se exhiben los récords del jugador guipuzcoano.
Gracias a esa cuenta de Twitter aparecen datos estadísticos que raras veces se tienen en cuenta. A nivel de equipo ha marcado goles en más países distintos que cualquier otro jugador del Athletic (8) y tiene el récord de haber perforado la portería de 48 clubes distintos.
En La Liga solo le supera Messi y ha quedado igualado a Raúl. Ha sido el máximo goleador del equipo en ocho ocasiones, únicamente superado por Zarra (10) y hasta 91 porteros han recogido el balón de sus redes después de un remate de Aduriz. Si hacen una encuesta en Bilbao para poner su nombre a una calle también batiría récords.
Resulta complicado si no es por su carácter competitivo su relación amor-odio con los árbitros. Protestón como el que más, se perdió más de un partido por sacar la lengua a pasear. Esta temporada con los 200 minutos sobre el césped ya llevaba tres tarjetas amarillas y en su último partido en San Mames, la ida de la semifinal de Copa contra el Granada, el árbitro solo tardó un minuto en enseñársela.
'No Bilbo, don't cry'
A lo mejor Fito Cabrales, el cantante de Fito & Fitipaldis y seguidor impenitente del Athletic, adapta la letra de su canción 'Mientras me aguanten los huesos' a la cadera de Aduriz para cantarla en San Mamés. De momento la que le evoca cantando a través de su cuenta de Instagram al '20' rojiblanco es a su hermana Naia, con una versión de una canción del mítico Bob Marley 'No Bilbo, don't cry'.
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