Las lágrimas de Santiago Cañizares en la final de 2001 y Gaizka Mendieta levanta la distinción de subcampeón en Saint-Denis

Las lágrimas de Santiago Cañizares en la final de 2001 y Gaizka Mendieta levanta la distinción de subcampeón en Saint-Denis

Fútbol CHAMPIONS LEAGUE

El Valencia y la maldición de Héctor Cúper en las finales: dos Champions perdidas en Milán y París

El 23 y el 24 de mayo de 2001 y el año 2000, respectivamente, son fechas inolvidables para la afición valencianista por los dos fiascos seguidos.

23 mayo, 2020 23:28

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Este sábado se cumplían 19 años de las lágrimas de Santiago Cañizares que quedaron para siempre sobre el césped de San Siro. Pero este domingo hace 20 temporadas que en París solo hubo un equipo en Saint-Denis. La historia del Valencia pudo cambiar por completo en esas dos citas que este fin de semana cumplen años. Dos de los recuerdos más agrios de la historia che.

El Siglo XXI empezaba para el Valencia de manera magnífica. Era el equipo de moda sin lugar a dudas. Una conjunción de jugadores que marcaron la historia de los primeros años de los 2000 y los que ponían la puntilla a los 90 llevaron a la ciudad del Turia a ser una de las más importantes en el panorama futbolístico mundial. No había ningún aficionado en Europa que no conociera lo que estaba sucediendo en la capital de la Costa Blanca.

Con el portero antes citado, 'El Piojo' López, Mauricio Pellegrino, Gaizka Mendieta, Miroslav Djukic, Amadeo Carboni, Pablo Aimar, Rubén Baraja, David Albelda o Roberto Fabián Ayala, las dos plantillas que comandó Héctor Cúper pusieron al resto de Europa en el suelo, pero en ninguna de las dos ocasiones consiguió dar el golpe definitivo para que el Valencia levantase su primer 'Orejona'.

Oliver Kahn consuela a Santiago Cañizares tras perder la final de 2001

Oliver Kahn consuela a Santiago Cañizares tras perder la final de 2001 EFE

Primero el Real Madrid de Vicente del Bosque y después el Bayern Múnich de Ottmar Hitzfeld despertaron del sueño europeo al conjunto che en dos temporadas seguidas. Aunque después Rafa Benítez consiguió coronarse en Europa con aquella Copa de la UEFA de 2004, que convirtió en doblete con la consecución de La Liga el mismo año, el club nunca ha vuelto a gozar de esas dos opciones que le brindó la Champions en el 2000 y el 2001.

Saint-Denis y la novatada

Old Trafford, el Artemio Franchi y el Camp Nou fueron los únicos estadios que vieron perder al Valencia en esa edición de la Champions. Mestalla fue un fortín para los de Héctor Cúper que, contra todos los pronósticos, impidió el primer Clásico de la historia en una final de la máxima competición continental. Los che superaron las dos rondas de grupos, a la Lazio en cuartos y al Barça después de una exhibición como local en las semifinales donde vencieron por 4-1.

Antes de que Lorenzo Sanz viera su carrera presidencial frenada inesperadamente, el Real Madrid llegaba a la segunda final de la Champions de su etapa. Después de ver como la mayoría de sus estrellas de La Séptima se fueron, volvió a construir un bloque fuerte en manos de Vicente del Bosque.

Raúl González sentencia la final de la Champions League del 2000 regateando a Santiago Cañizares

Raúl González sentencia la final de la Champions League del 2000 regateando a Santiago Cañizares EFE

Con Raúl González, Fernando Morientes, Fernando Redondo y Roberto Carlos como estrellas de aquel equipo, además de un joven Iker Casillas afrontando su primera final europea, el Valencia pagaría la novatada de su también primera presencia en una final de Champions League. Los dos delanteros y Steve McManaman marcarían en Saint-Denis para el 3-0 que barrió del campo a los de Cúper.

La final de los penaltis

Con varias novedades en la plantilla el Valencia volvía a intentar la hazaña. Su primera fase de la Champions fue aún mejor con solo un partido perdido entre las dos liguillas. Aún así, en los cuartos de final sufrió una dura derrota en Londres frente al Arsenal por 2-1, pero Mestalla volvió a demostrar su magia para clasificar al equipo gracias al valor de los goles fuera de casa. El coliseo che volvió a ser determinante en las semifinales ante el Leeds United en una goleada por 3-0 para dar el pase definitivo a su segunda final de la máxima competición continental.

Se podría haber repetido la final de la temporada anterior, pero el Bayern Múnich se cruzó en el camino del Real Madrid y eliminó al actual campeón venciéndoles en los dos partidos. El conjunto alemán con Oliver Kahn a la cabeza, Stefan Effenberg como capitán y Giovane Elber como gran goleador amenazaba a un Valencia que, después de la hazaña de la temporada anterior, ya no tenía el lastre de ser novato.

Gaizka Mendieta lanza el primer penalti de la final de la Champions League del 2001

Gaizka Mendieta lanza el primer penalti de la final de la Champions League del 2001 EFE

El partido no pudo empezar mejor. Mendieta adelantó a los che desde el punto de penalti en el minuto 5 de partido y el valencianismo empezó a soñar con que este año sí era posible. Y así fue al final de los primeros 45 minutos porque Cañizares paró un penalti que Mehmet Scholl tiró al centro. El problema fue cuando esa suerte se volvió en contra. Effenberg no perdonó esta vez y transformó el penalti que ponía el empate en el marcador, resultado con el que se llegaría al final de los 90 minutos.

El resultado tampoco cambiaría en la prórroga, por lo que no hubo más remedio que seguir haciendo protagonistas a los penaltis. El Bayern fallaría el primero, mientras Mendieta volvía a transformar para volver a poner por delante al Valencia en el marcador. La suerte volvió a cambiar cuando Zlatko Zahovic y Carboni fallaron dos penaltis seguidos. A pesar de que Patrik Andersson también falló, Effenberg le daba la ventaja al conjunto bávaro que ya no perdería hasta el final de la tanda. Sería Mauricio Pellegrino el que fallaría el último penalti que volvía a dejar con la miel en los labios a los valencianistas.

La suerte de Cúper

Héctor Cúper comenzaría su larga lista de finales perdidas con estas dos de la Champions. Esto había comenzado en Huracán al perder el Clausura de 1994 cuando solo necesitaba un empate para ser campeón. Aunque consiguió clasificar al Mallorca para la Champions League, volvió a perder la final de la Copa del Rey contra el Barça en los penaltis. Se redimió ganando la Supercopa de ese año contra los azulgranas, título que repetiría con el Valencia.

En Italia con el Inter de Milán no tuvo tampoco demasiada suerte donde no consiguió levantar ningún título y volvería a España, sin demasiada suerte tampoco. Durante su etapa en Grecia volvió a perder otra final, con el Aris de Tesalónica. También probó suerte con la selección de Egipto con la que también perdió la final de la Copa África de 2017.

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