A una semana del regreso del fútbol español, cuando todo parecía atado, ha estallado la última polémica. Tiene que ver con la vuelta del público. Era un debate aparentemente cerrado ante una posibilidad muy remota. Se hablaba de que los aficionados no volverían a los estadios hasta 2021 o, como pronto, en el mes de septiembre. Pero Las Palmas ha encontrado una 'grieta' por la que pretende permitir entrar a sus hinchas al campo la próxima semana.
El sábado 13 de junio, Unión Deportiva Las Palmas recibirá al Girona en el Estadio de Gran Canaria. El partido está programado para las 21:30 y el presidente de la entidad canaria, Miguel Ángel Ramírez, quiere meter a 11.000 aficionados en las gradas. ¿Qué ha cambiado para que este escenario sea ahora diferente? Los pactos del Gobierno con los nacionalistas para sacar el sexto estado de alarma.
En los acuerdos del Gobierno resalta la devolución de las competencias a las comunidades autónomas con la entrada de la fase 3 de la desescalada. Recuperarán la capacidad de decisión en el ámbito sanitario y podrán suprimir o modificar algunas medidas instauradas por el propio Gobierno. Así, el fútbol volvería a tener los mismos privilegios que el cine o el teatro, aunque el Consejo Superior de Deportes (CSD) expresó ya que el público no regresaría hasta 2021.
La noticia saltaba este lunes cuando Ramírez desvelaba el plan de su club. No se lanzaba a la piscina sin agua. Explicó que ya había negociado con el Gobierno de Canarias la posibilidad de abrir el estadio y había recibido el OK. También ha hablado con LaLiga, que le había pedido un protocolo sanitario para la apertura del campo. La patronal sería contraria a esta decisión, pero no tendría competencias para tirar abajo su plan.
El protocolo para que haya público
Si recibe todos los permisos necesarios, su estadio tendría dos de cada tres butacas vacías, todos los espectadores usarían mascarilla y guantes y cada uno de ellos tendría que ponerse en contacto con el club 24 horas antes para que le asignen una puerta y una hora de entrada, de forma que el público acceda al estadio sin aglomerarse. También se realizarían controles de temperatura a los asistentes.
Si bien LaLiga solo podría poner reproches al protocolo sanitario y no prohibir la entrada de público al estadio, la pelota está en el tejado del Gobierno. Su postura es la remisión a una orden de Sanidad del 16 de mayo: "La competición se reanudará sin público y a puerta cerrada. Se permitirá la entrada de medios de comunicación para la retransmisión de la competición". Pero ahí aparece el agujero por el que el Gobierno de cada autonomía pudiera emitir una orden superior.
El Oviedo quiere abrir el Tartiere
El plan de Las Palmas tiene el peligro de reproducirse por las comunidades según vayan entrando en la fase 3. En declaraciones a EFE, Ramírez hasta animaba a los clubes de Baleares a que hicieran lo mismo y mandar así un mensaje al mundo. El testigo lo han recogido en Asturias, el Oviedo, que habría solicitado a LaLiga permitir la entrada de un grupo reducido de aficionados al Carlos Tartiere para sus encuentros ante Ponferradina y Deportivo. Para entonces, previsiblemente, ya se habrá pasado a la fase 3 en Asturias.
Fernando Simón no lo descarta
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, se refirió a esto después de la reunión telemática que tuvo con Salvador Illa, Dani Carvajal, Gerard Piqué, Asier Illarramendi, Koke Resurrección y la propia Irene Lozano, presidenta del CSD.
Simón dejó abierta la posibilidad de que vuelva el público a los estadios en la fase 3: "Hemos estado discutiendo algunas preocupaciones y algún aspecto clave como la presencia o no de público en las gradas. No se ha dado ninguna respuesta cerrada, obviamente porque no se puede ahora mismo. Pero sí que es cierto que el ministerio se ha comprometido a hacer una evaluación de los riesgos. Y en el caso de que en fase 3, según la situación epidemiológica, sí se pueda hacer, se hará".
El CSD y la igualdad de los equipos
Dentro del debate de dejar entrar o no aficionados, además del sanitario, está la igualdad entre los equipos. Los organismos, destacando el CSD, creen que esto atentaría contra ella y Las Palmas defiende que el fútbol "va más allá del propio fútbol". Para Ramírez, esa desigualdad que se crearía entre equipos que jugaran con público y los que no, no es una razón válida para que le prohíban abrir su estadio.
Aunque, por otro lado, el presidente de Las Palmas ya ha salido al paso para señalar que no tiene intención de generar ningún conflicto. "Creemos que esto es bueno para España, que lo es para Canarias, pero si no se ve así (en el CSD), competiremos como el resto de equipos", ha señalado este martes tras el revuelo montado.
El agujero lo puede cerrar el Gobierno antes de decretar el nuevo estado de alarma o bien confiar en la responsabilidad de la gente. Porque como bien señala Ramírez, mientras no hay público en el fútbol, el domingo pasado había 20.000 personas en la playa de Las Canteras y ya pueden ir a centros comerciales, cines, teatros y salas de conciertos.
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