Cristiano Ronaldo ha sido noticia durante todo el periodo de confinamiento por haberse ido de Italia para poder estar durante esos meses de parón y aislamiento junto a su familia en Portugal. Si esto ya le pusieron en el foco de los más críticos, ahora ha vuelto a dar motivos para que le señalen.

El pasado fin de semana, el delantero de la Juventus de Turín volvió a abandonar el país transalpino para viajar hasta su querida Portugal. Presuntamente, esto se debió a que quería revisar las obras de la que será su próxima mansión -se dice que pagó alrededor de 8 millones de euros por el terreno-.

La primera pista sobre el viaje de Cristiano, a quien acompañó su inseparable Georgina Rodríguez, fue una fotografía de la hispanoargentina en la que se la veía en territorio luso y a la que acompañó con el mensaje 'Boa Tarde'. Podría parecer que Gio había tirado de carrete para subir esa imagen, pero no, porque después se confirmó que Ronaldo había vuelto a su país.

No fue Georgina la que publicó la imagen que ha creado mucha polémica. Tampoco Cristiano, sino la propietaria del conocido Mar do Inferno, quien presumió de fotografía junto al ex del Real Madrid. "Como sabéis, no acostumbro a compartir imágenes de los clientes, pero me vais a disculpar es mi ídolo", escribió la mujer.

Nadie ha pasado por alto que el delantero no llevaba puesta la mascarilla y, además, tampoco guardó el distanciamiento social -entre un metro y medio a dos-. El futbolista sí podía salir de Italia, ya que allí se reabrió el tráfico aéreo sin las rígidas restricciones de estos últimos tres meses. 

Lo que sí es un problema es que ahora que está a punto de volver la Serie A y Cristiano Ronaldo que debe entrenar con sus compañeros de la Juventus de Turín, esté de viaje y además obvie las recomendaciones sanitarias -como son el uso de mascarilla, la cual llevaba en la mano,  y el distanciamiento social-.

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